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domingo, 15 de octubre de 2023

Día 15 de octubre de 1616. La Virgen de Ujué se salva de un incendio..

Uxue durante el siglo XVII tenia una población de unos 200 fuegos. 
El idioma habitual de los uxuetarras era el euskara y según un documento a finales de ese siglo había mucha gente que no entendía otro. (ver aquí)
La población vivía esencialmente de la agricultura y de la ganadería.

EL GRAN INCENDIO 
Ocurrió el día 15 de octubre de 1616. Por causas que se desconocen un fuerte incendio se cebó en el presbiterio del santuario de Uxue quemándose el altar mayor y una gran parte del ornato del templo. 

Los escultores Juan de Berrueta y Juan de Alli y el ensamblador Juanes de Echenagusia, ambos tres naturales de Sangüesa, mas el pintor de Olite Juan de Frías y Salazar hablan fabricado el retablo  por orden de Pedro Zabalza canónigo primiciero de Uxue.  

Este retablo, muy artístico, que se había inaugurado pocos años antes quedó reducido a cenizas. La imagen de la Virgen se salvó milagrosamente de las llamas.

Varios relatos posteriores mitificaron aquellos hechos. 
Una versión popular llegó a decir que la imagen se sostuvo en el aire mientras duró el incendio, sin que las llamas le afectaran. 
Cuentan que así permaneció hasta que providencialmente llegó un devoto y la Virgen fue a posarse en sus brazos para que la llevase a otro lugar del templo.

El 15 de octubre de 1916 se conmemoró con grandes celebraciones el tercer centenario de la preservación de la imagen de las llamas cuando se quemó el altar. Por la mañana los auroros de Ujué despertaron el vecindario cantando la aurora:

Fue milagro obrado por María
ha trescientos años que su altar ardió
siendo pasto de voraces llamas
quedando intacta la madre de Dios
Por tanto favor
Demos gracias a Santa Teresa
día señalado del fuego feroz.

El 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, se celebraban las fiestas pequeñas de Ujué, no en honor de esa Santa, sino rememorando que la imagen de la Virgen no fue pasto de las llamas en aquel incendio.

Oficialmente la parroquia y el pueblo celebraba la fiesta bajo el nombre de "La Preservación de la Imagen de la Virgen de Ujué".

Las fiestas del 15 de octubre se celebraron hasta 1962, año en que el alcalde Don Porfirio Ayesa, decidió trasladar la fiestas pequeñas al 15 de Mayo, día de san Isidro Labrador, ya que Ujué es un pueblo eminentemente agrícola y en las fechas otoñales coincidían con la vendimia.

La fecha de la Preservación de la imagen de la Virgen de Uxue cayó en el olvido hasta que a los amigos de Ujué-Uxuezaleak se les ocurrió celebrar el día de su Asociación en el domingo más próximo al 15 de octubre.

Escogieron esta fecha para rememorar la efemérides descrita y para festejar que el patrimonio histórico, artístico, monumental y religioso de Ujué haya llegado hasta nosotros. 

La Asociación se disolvió a poco de finalizar las obras de restauración. 
Tras la disolución de Uxuezaleak- Amigos/as de Uxue, ésta fecha del 15 de octubre y ésta efemérides han caído en el olvido y a día de hoy ya no se programa ningún festejo que recuerde aquel sucedido.
Ni siquiera hubo celebración el 15 de octubre del 2016, cuarto centenario del incendio.
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Nuevo altar tras el incendio de 1616.
El año 1617 se inauguró un nuevo altar, éste tallado en piedra. 
Juan de Berrueta, uno de los autores del altar incendiado talló un Calvario para el nuevo retablo.

Es el calvario que vemos en la foto y que está expuesto en el muro del Paseo de ronda encima del osario.

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AÑO 1916. 
CRÓNICA EN LA QUE SE NARRAN LOS ACTOS QUE SE CELEBRARON EN UJUÉ CON MOTIVO DE 300 ANIVERSARIO DEL INCENDIO DEL ALTAR MAYOR.

DE UJUÉ. FIESTAS CENTENARIAS.
HEMEROTECA DE DIARIO DE NAVARRA, 
martes 17 de octubre de 1916 año XIV nº 4200.

El domingo último, día 15 del actual, se cumplieron trescientos años del prodigioso suceso en que habiéndose quemado el altar del Santuario de Ujué resultó completamente ilesa la antiquísima Imagen de la Virgen.

Con este motivo y en hacimiento de gracias al Altísimo se han celebrado en el Santuario de Nuestra Señora solemnes cultos religiosos en los días 12 al 15, con asistencia de nuestro venerable Prelado, en los dos últimos

Los tres primeros días del jueves al sábado hubo triduo de preparación a la festividad principal, predicando muy bien el R. P. Jerónimo de Iturgoyen, capuchino, cuya evangélica palabra era escuchada con atención por la muchedumbre que llenaba el templo.

El sábado llegó el señor Obispo de Pamplona al cual se le hizo un entusiasta recibimiento, atronando los aires un incesante volteo de campanas y el disparo de cohetes y voladores.

Poco después administró la Confirmación a gran número de niños de aquella comarca.

Al siguiente día, domingo 15 de Octubre, conmemorativo del centenario, fue extraordinario el concurso de fieles de la localidad y pueblos comarcanos que desde las primeras horas acudieron al templo para recibir el Sacramento Eucarístico,

A las diez de la mañana tuvo lugar la función solemne celebrando de Pontifical el Excmo. señor Obispo en ella pronunció un elocuente sermón el Padre iturgoyen quien demostró que la fiesta a la Virgen que se estaba celebrando en gratitud al milagroso hecho ocurrido en 1616, era una exigencia de la inteligencia y del corazón.

Por la tarde hubo ejercicio solemne y en el pronunció un patético sermón el señor Obispo encareciendo la necesidad que tienen los pueblos de conservar y acrecentar las piadosas tradiciones.

Muy brillantes han estado las fiestas centenarias de Nuestra Señora de Ujué y extraordinariamente concurridas de todos los pueblos comarcanos.
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El 15 de octubre del 2016, cuarto centenario del incendio, no hubo ningún tipo de celebración.
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sábado, 15 de octubre de 2016

Hoy hace 400 años que la Virgen de Uxue se salvó de un incendio.

Uxue en el siglo XVII tenia una población de unos 200 fuegos. Los uxuetarras utilizaban el euskara para comunicarse y según un documento de finales de ese siglo, en el pueblo había mucha gente que no entendía otro idioma. 
La población vivía esencialmente de la agricultura y de la ganadería.

EL GRAN INCENDIO 
Hoy mismo se cumplen 400 años del suceso que os voy a contar.
Era el 15 de octubre de 1616.  Por causas que se desconocen un fuerte incendio se cebó en el presbiterio del santuario de Uxue quemándose el altar mayor y una gran parte del ornato del templo. 

Los escultores Juan de Berrueta y Juan de Alli y el ensamblador Juanes de Echenagusia, ambos tres naturales de Sangüesa, mas el pintor de Olite Juan de Frías y Salazar habían fabricado aquel retablo unos años antes (1607) por orden de Pedro Zabalza canónigo primiciero de Uxue.  
El retablo, muy artístico, quedó reducido a cenizas. La imagen de la Virgen se salvó milagrosamente de las llamas.

Varios relatos posteriores mitificaron aquellos hechos. Una versión popular llegó a decir que la imagen se sostuvo en el aire mientras duró el incendio, sin que las llamas le afectaran. 

Cuentan que así permaneció hasta que providencialmente llegó un devoto y la Virgen fue a posarse en sus brazos para que la llevase a otro lugar del templo.

Hace cien años, en 1916, se recordó solemnemente el tercer centenario de la preservación de la imagen.
Del 12 al 15 de octubre de 1916 se conmemoró con grandes celebraciones el tercer centenario de la preservación de la imagen de las llamas cuando se quemó el altar. 
Por la mañana los auroros de Ujué despertaron el vecindario cantando la siguiente aurora:

Fue milagro obrado por María
ha trescientos años que su altar ardió
siendo pasto de voraces llamas
quedando intacta la madre de Dios
Por tanto favor
Demos gracias a Santa Teresa
día señalado del fuego feroz.

Cuando eramos muetes. el 15 de octubre era fiesta importante en Uxue.
El 15 de octubre, festividad de santa Teresa, se celebraban las fiestas pequeñas de Ujué, no en honor de esa Santa, sino rememorando que la imagen de la Virgen no fue pasto de las llamas en aquel incendio.
Los auroros salían a cantar la anterior letrilla modificándola en el primer párrafo que quedaba mas o menos así: Fue milagro obrado por María/ cuando en esta fecha su altar ardió...

Oficialmente la parroquia y el pueblo celebraba la fiesta bajo el nombre de "La Preservación de la Imagen de la Virgen de Ujué".
Es más. El 15 de octubre empezaban las fiestas pequeñas del pueblo. Según nuestros padres estas fiesticas se habían celebrado "desde siempre".

Pero en 1962, el alcalde Don Porfirio Ayesa, decidió trasladarlas al 15 de Mayo, día de San Isidro Labrador ya que Ujué es un pueblo eminentemente agrícola y en estas fechas otoñales coincidían con la vendimia. 
El enfado del cura párroco fue tremendo ya que no se consultó con él.
La parroquia trató de seguir celebrando el día del 15 de octubre pero al final, tras el paso de dos párrocos, la fecha y la celebración se olvidaron.
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El año 1998 a los Amigos de Ujué-Uxuezaleak se les ocurrió que el día 15 de octubre, o el domingo mas próximo podría ser el día de su Asociación.
Escogieron esta fecha para rememorar la efemérides del incendio y para festejar que el patrimonio histórico, artístico, monumental y religioso de Ujué hubiera llegado hasta nosotros. 

La fiesta se fue celebrando desde el 1998 al 2002. En el día se organizaba algún acto cultural, otro religioso, al que acudía quien quisiera acudir, y una comida en la que llegamos a juntarnos hasta 200 socios. 

En el acto religioso del día de la Asociación se recordaba la preservación de la imagen en aquel incendio y se rezaba por los que habían trabajado siglo a siglo levantando nuestro conjunto monumental, por los escultores, por los arquitectos... por los donantes, por los que lo ordenaron construir...

En mayo del 2003 murió el párroco Don Fermin Gurpegui con el que la Asociación tuvo muy buena sintonía, cosa que no ocurrió con su sucesor.
Las obras que comenzaron a realizarse en la iglesia fueron motivo de suspender las actividades que hasta entonces la Asociación mantuvo allí y la celebración del domingo más próximo al 15 de octubre ya no se celebró.

Hace años que la Asociación se extinguió... y la fecha del incendio cayó de nuevo en el olvido.
Ni  siquiera hoy, 15 de octubre del 2016 en que se cumplen 400 años de aquel suceso, se ha preparado nada para recordar que la imagen de la Virgen de Ujué salió ilesa de aquel percance..
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El altar que se hizo tras el incendio.
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En 1617, un año después del incendio, se inauguró un nuevo altar, éste tallado en piedra. 
Juan de Berrueta  uno de los autores del altar incendiado talló un Calvario para el nuevo retablo.

Es el calvario que vemos en la foto y que está expuesto en el muro del Paseo de Ronda encima del osario.
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CRÓNICA DE HACE 100 AÑOS. 
EN 1916 SE CELEBRÓ EL TERCER CENTENARIO POR TODO LO ALTO.
Actos que se celebraron en Ujué del 12 al 15 de octubre de 1916 con motivo del 300 aniversario del incendio del altar mayor.

DE UJUÉ. FIESTAS CENTENARIAS.
HEMEROTECA DE DIARIO DE NAVARRA
martes 17 de octubre de 1916 año XIV nº 4200.

El domingo último, día 15 del actual, se cumplieron trescientos años del prodigioso suceso en que habiéndose quemado el altar del Santuario de Ujué resultó completamente ilesa la antiquísima Imagen de la Virgen.
Con este motivo y en hacimiento de gracias al Altísimo se han celebrado en el Santuario de Nuestra Señora solemnes cultos religiosos en los días 12 al 15, con asistencia de nuestro venerable Prelado, en los dos últimos

Los tres primeros días del jueves al sábado hubo triduo de preparación a la festividad principal, predicando muy bien el R. P. Jerónimo de Iturgoyen, capuchino, cuya evangélica palabra era escuchada con atención por la muchedumbre que llenaba el templo.

El sábado llegó el señor Obispo de Pamplona al cual se le hizo un entusiasta recibimiento, atronando los aires un incesante volteo de campanas y el disparo de cohetes y voladores.
Poco después administró la Confirmación a gran número de niños de aquella comarca.

Al siguiente día, domingo 15 de Octubre, conmemorativo del centenario, fue extraordinario el concurso de fieles de la localidad y pueblos comarcanos que desde las primeras horas acudieron al templo para recibir el Sacramento Eucarístico,
A las diez de la mañana tuvo lugar la función solemne celebrando de Pontifical el Excmo. señor Obispo en ella pronunció un elocuente sermón el Padre iturgoyen quien demostró que la fiesta a la Virgen que se estaba celebrando en gratitud al milagroso hecho ocurrido en 1616, era una exigencia de la inteligencia y del corazón.

Por la tarde hubo ejercicio solemne y en el pronunció un patético sermón el señor Obispo encareciendo la necesidad que tienen los pueblos de conservar y acrecentar las piadosas tradiciones.
Muy brillantes han estado las fiestas centenarias de Nuestra Señora de Ujué y extraordinariamente concurridas de todos los pueblos comarcanos.
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Como queda dicho: hoy 15 de octubre del 2016 no ha habido ninguna celebración, ningún acto de recuerdo de lo que ocurrió en esta fecha hace exactamente 400 años.
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viernes, 4 de diciembre de 2015

Exvotos y milagros en Ujué.

La Real Academia Española de la lengua dice que la palabra exvoto viene del latín y que significa “por voto”.
El exvoto es un don u ofrenda (una muleta, una mortaja, una figura de cera, cabellos, tablillas, cuadros, etc) que los fieles dedican a Dios, a la Virgen o a los santos en señal y recuerdo de un beneficio recibido, y que se cuelgan en los muros o en la techumbre de los templos.
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Dos exvotos muy antiguos de Uxue son el ara dedicada a Júpiter y el ara dedicada a Lacubegi por Celio Tesfhoro y Festa y Telesinus en época precristiana. Ahora están en el Museo de Navarra. Más información aquí.

Y un exvoto muy moderno: La maqueta de un pesquero de Ondarroa que se guardó en la sacristía hasta que comenzaron las obras de entre el 2008-2010.
El pesquero en cuestión fue cañoneado (ametrallado pero no hundido) el año 1981 por guardacostas franceses. 
La maqueta fue traída por un responsable de la cofradía de pescadores de aquel puerto que tenia mucha relación con Uxue.
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Exvotos que hubo en Uxue hasta 1886.
El Padre Jacinto Clavería en su “Estudio histórico artístico de la Imagen, el Santuario y la villa de Santa María de Ujué" publicado en 1919 cuenta que, hasta pocos años antes de escribir esta obra, pendían de las paredes del santuario de Uxue buen número de exvotos que testificaban los favores alcanzados de la Virgen y que fueron retirados por orden de don Guillermo Lacunza, párroco de Ujué hasta 1886.

Según el padre Clavería en 1919 solo “quedaban dos cuadros en la sacristía que rememoraban dos favores especiales obtenidos por la mediación de Nuestra Señora de Ujué” sin especificar cuáles eran esos dos favores. Dichos cuadros desaparecieron más tarde, posiblemente en 1950.

Hasta hoy han llegado unas pocas estrofas de unos versos que recuerdan los exvotos que hasta que los retiró aquel párroco se podían ver en el interior de la iglesia:
Ya estamos en tu Capilla
Donde todo es realidad,
Es asombro y maravilla
Y como en casa de reyes
Se ostenta la majestad.
Esas paredes cuajadas
De ojos, manos, brazos, piernas
De blanca cera labradas
De tu piedad y poder
Serán  señales eternas
Esos cuadros respetables
Recuerdan a las edades
Aquellos tiempos gloriosos
En que fuiste visitada
Por reyes y potestades.
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Un exvoto muy conocido, y del que hablan todos los que escribieron sobre Uxue, es el que dicen que era del conde Gonzalo Gustioz, que habiéndose quedado ciego vino a Uxue de rodillas desde donde ahora está la Cruz del Saludo a más de un km y medio de la iglesia.
Se decía que esa estatua estuvo junto al altar mayor como exvoto, pues ese señor recuperó la vista. Hace unos años la estatua fue trasladada a Pamplona para su restauración.

Sobre la leyenda de esta presunta curación del Conde Gonzalo Gustioz ya escribí en este blog. Ver aquí.

Los versos que describían esta efigie eran los que siguen:

Este busto respetable
Que se mira junto al ara
Es el Conde Gustios Lara
A quien vuestra mano afable
Del estado lamentable
De ceguera en que se vio
Generosa le libró
Cuando con toda confianza
En Vos puso la esperanza
Y a vuestra casa llegó.
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Resultaría interesante saber cuantos eran, uno por uno, los exvotos expuestos en las paredes y verjas de la iglesia de Uxue. Y el motivo de que estuviesen puestos allí... 
Pero nada queda de aquello. Ni los exvotos ni mención escrita de cuántos eran y cuáles los favores por los que estuvieron expuestos.

Por otra parte, sí que nos ha llegado noticia de unos cuantos presuntos milagros ocurridos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Paz de Ciganda fue testigo de uno de ellos el año 1929 y lo relató en la prensa. Ya mencioné tal suceso en este blog. Ver aquí.

El Padre Jacinto Clavería describió muchos "recientes milagros" en varias de sus publicaciones y en la novena que compuso en honor de Santa Maria de Uxue. 
Resultaría muy largo mencionar todos en este post. De momento, allá van unos botones de muestra:

OBSEQUIO AGRADECIDO.
Era un día de fiesta consagrado a la Santísima Virgen. Cierta madre de familia secundando los deseos de su piadoso corazón, quería recibir la comunión como un obsequio de María, pero ¿cómo dejar solo en la cuna al niño de 20 meses? 

Llamó al hijo mayor que tendría unos 6 años encargándole el cuidado de su hermanito y aunque no del todo tranquila fue a la iglesia.
Pero a los pocos momentos se alejó también de la cuna donde dormía la criaturita el hermano encargado de su cuidado para jugar con otros de su edad. 
Volvió este no mucho antes de regresar su madre y observando que el pequeño respiraba penosamente, le dijo a esta cuando regresó "Madre el chico llora y no hace ruido". 

Y ¡cuál sería su sentimiento al contemplarlo boca abajo, revuelto entre las sábanas, con el cuello retorcido, el rostro amoratado, sin respiración y todo bañado en sudor frío! 
Al punto invocó a la santísima Virgen de Ujué acudiendo a sus gemidos y llantos los vecinos y parientes: se presentó el médico llamado Don Manuel Aldaz, quien después de examinar al niño y levantar sus párpados hallando los ojos vidriosos, cristalizados, hizo un gesto revelador de que no había esperanza de que volviera el niño a la vida.
Transida de nuevo de dolor la madre se volvió esperanzada a la Madre de las misericordias exclamando: ¡Virgen de Ujué, que esto me ha pasado con el chico por ir a comulgar en honra vuestra, yo os lo ofrezco a Vos; y os prometo visitaros con el niño si me lo devolvéis! 

Decir esto y comenzar el niño a dar señales de vida fue casi una misma cosa: y el que hasta entonces parecía cárdeno y mustio lirio doblegado al soplo de la muerte, comenzó a respirar, recobró el color del nácar y rosa y sonrió a su madre que no sabía cómo agradecer tan singular favor.
Aún hoy estoy convencida de que fue un verdadero prodigio: lo mismo piensan y sienten quienes asistieron a aquella triste escena y el hijo es devotísimo de la Virgen de Ujué, un enamorado que está hablando de ella.
La madre y el niño cumplieron el voto.
La madre sigue invocando con fe vivísima en todas sus obras a la Virgen. El hijo entró religioso y tuvo la dicha de profesar el día 8 de septiembre, día consagrado a Nuestra Patrona. 
Relación hecha por el interesado, natural de Lerín al padre Jacinto Clavería Arangua.
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CURACIÓN MARAVILLOSA.
Sor Ildefonsa de Nuestra Señora de las Mercedes natural de San Martín de Unx, hoy religiosa del Monasterio de Benedictinas de Estella refiere el favor que le concedió la Virgen de Ujué en esta forma: "Cuando yo contaba de siete u ocho años fui aquejada de un tumor en el vientre el cual al principio procuré ocultar por estar en tal mal sitio, hasta que por fin los dolores, haciéndome traición, me declararon.
Grande fue el dolor de mi pobre madre cuando el médico le dijo que era cosa de mucho cuidado por ser el sitio muy delicado y no atreverse a pinchar por temor de interesar algún intestino.
De este mismo parecer fueron los tres facultativos a quienes consultó.
Entonces mi querida madre, llena de esa fe que es peculiar en nuestra tierra, prometió a la Santísima Virgen de Ujué que si me curaba sin falta de operación iría ella a visitarla con los pies descalzos y a mí me llevaría en compañía suya.
Y no se hizo sorda la que es salud de los enfermos, pues precisamente en el momento mismo de estar pasando la procesión que en honor a la Señora se hace todos los años de Tafalla, noté que los dolores cesaban y que el tumor se había disipado.
Nosotros, por nuestra parte, cumplimos con la promesa. Como de mi pueblo al Santuario de Ujué dista dos horas, volvió mi querida madre con los pies ensangrentados pero muy contenta".
Relación enviada por la favorecida al padre Jacinto Clavería el 19 de agosto de 1918.

UN BLASFEMO SE CONVIERTE Y RECOBRA EL HABLA QUE HABÍA PERDIDO.
No habrán pasado 50 años desde que uno de tantos favores de la Virgen de Ujué llenó de alegría y reconocimiento a todos los que tenían por devotos suyos. 
Un tal Tejería, natural de Pueyo, se significaba por blasfemo e irreligioso. Inútil era que todos le señalaran con el dedo, como tal, siendo despreciado por las personas honradas, de sentimientos delicados y nobles. 
Sin causa natural que lo justificara, de un día para otro quedó mudo el Tejería viendo todos en este caso un castigo del cielo.

Reconociéndolo así el pobre blasfemo y acordándose de la misericordia que con tantos de su pueblo había obrado María Santísima mediante su imagen de Ujué, se arrepintió primero de sus pecados y fue en peregrinación al Santuario.

Ya volvían de él y como de costumbre, antes de perderlo de vista, en el punto llamado de la Cruz, se despedían de la Virgen cantando el Regina Coeli: 
¡Cual sería la emoción de Tejería y de los demás peregrinos, cuando uniéndose aquel a sus compañeros empezó también a cantar el Regina Coeli por haber recobrado el habla! 
No quiso ya Tejería proseguir el camino hacia Pueyo: dirigióse de nuevo al Santuario reconocido por tan gran favor para dar gracias a la Virgen.
Relatado por don Lorenzo García, párroco de Pueyo.

AL CLAROR DE LA LUNA.
En el año 1848, la víspera del Corpus Christi, doña Juana Sola, natural de Gallipienzo y Don Román Anconegui su esposo, viajaban hacia Zaragoza y al llegar al término que llaman de la Bardena Blanca, una pandilla de forajidos les hizo alto, quienes después de robarles los doblones que llevaban para sus compras, desnudos los ataron a dos árboles: en aquel trance triste doña Juana invocó la protección de la Virgen de Ujué, las torres de cuyo templo divisaba en la lejanía iluminadas por la claridad del astro de la noche. 
Apenas salió de sus labios la ferviente súplica cuando se vió suelta de las ligaduras, sin saber cómo, y soltando a su esposo inmediatamente, continuaron el camino, quedando así libres de la vida y de aquella dolorosa afrenta. 
En agradecimiento hizo voto de visitar cada año a la Virgen de Ujué acompañada de su esposo y de muchos niños y niñas vestidas de angelitos, todos los cuales, después de entrar con mucha pompa en el santuario y oír una misa- solemne, pronunciaban algunas letrillas a la Virgen, compuestas expresamente para este acto. 
Desde entonces algunos peregrinos sobre todo los de Gallipienzo, suelen decir sus versos o arengas como algunos los llaman ante la Virgen.
Este texto narrativo está sacado de algunos papeles, que conservan los descendientes de Doña Juana Sola.

UN NIÑO QUE HABÍA QUEDADO MUDO RECUPERA EL HABLA
En el pueblecillo de Bezquiz (Navarra) todavía recuerdan en su templo el favor que la Virgen otorgó en Ujué a un niño con admiración de todos los concurrentes y alegría indescriptible de sus padres.

Por cierta enfermedad había quedado mudo y oyendo los continuos prodigios que se obraban en este Santuario por mediación de Santa María, sus padres se animaron a venir aquí trayendo al hijo, confiados de que en la presencia de esta imagen recobraría el habla. 
Y sucedió como lo esperaban. En misa solemne que se celebraba en honor de la Virgen con asistencia de muchos peregrinos, cabalmente en el momento de alzar el Sacerdote la Sagrada Hostia, el niño se volvió a su padre diciéndole: "Padre ya puedo hablar". 

La emoción, que este prodigio produjo en el padre del niño, solo puede explicarla las lágrimas que saltaron de sus ojos. Divulgó la grata noticia entre sus compañeros y parientes, para que le ayudaran a dar gracias a la Virgen, y su recuerdo aún se guarda hoy en la memoria de los más ancianos de Bezquiz (Valdorba) que lo refieren conmovidos a sus nietos entre las muchas historias de su pasada vida.
Relato tomado de don Victoriano Flamarique.
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Jimeno Jurío en el número 63 de la colección   de Temas de Cultura Popular dedicado a Ujué explica otro “milagro” que en nuestra infancia oímos contar:

EL DE AQUEL QUE  LE DISPARÓ A LA VIRGEN Y QUEDÓ DESANGRADO EN LA CRUZ DEL SALUDO.
Este relato nació del simple deseo popular de hallar una explicación a una mancha rojiza "como de sangre", que puede verse en una piedra del pavimento del mirador occidental, a pocos metros de la entrada.
Era ya entrada la noche. Un desconocido había llegado al atardecer al santuario, vagando por los claustros con la desesperación reflejada en el semblante. Arrimándose a uno de los ventanales posteriores de la iglesia, dando frente al altar de la Virgen, disparó contra ella el arma de fuego, "pero retrocediendo la bala hirió al criminal, que horrorizado, desangrado, huyó sin saber a dónde". 
Cuando los labriegos del lugar madrugaron para ir al campo, pudieron ver a los pies de la Cruz del Saludo, tendido a su sombra, el cadáver ensangrentado de un hombre.
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Jimeno Jurío, que antes de ser cura fue maestro en el vecino pueblo de Lerga y luego coadjutor en Ujué, cuenta que según unos el que disparó fue un soldado francés que quiso reírse de la Virgen "cuando la francesada", pero que otros sostienen que se trataba de un vecino de Lerga que quiso alborotar a los feligreses de su pueblo mientras estaban dentro de la iglesia en su visita anual a Ujué.
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domingo, 17 de julio de 2011

Las campanas de Ujué y las tempestades.

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El presente capitulo es copia exacta de dos de los muchos casos "milagrosos" que cuenta el Padre Claveria en uno de sus libros sobre el santuario, la villa y la Virgen de Ujué.

 Cuando relata lo de que se levantó el velo que cubría a la Virgen, se refiere a que hasta 1950 la imagen de la Virgen de Uxue estaba metida en un camarín del altar principal, camarín tapado por un velo que se levantaba en ciertas ocasiones para que los devotos vieran a la Virgen.

Sin más os copio lo que escribió el Padre Claveria, absteniéndome de comentarios.
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Con todos los pueblos que rodean la montaña de Ujué la Virgen se ha mostrado generosa protegiéndolos de modo particular. Pero lo ha sido mucho más, incomparablemente más con los que han venido a vivir o no han querido alejarse de su cumbre, no por miras humanas, sino por juzgarla como la mansión de mayor seguridad.
Todos los de Ujué son testigos de los favores que la Virgen de continuo les otorga. Sin enumerar casos particulares ni referir los que han ocurrido en circunstancias excepcionales, traigamos a cuento el maravilloso que se puede decir todos los años y varias veces al año se presencia: el de disiparse las malas nubes con solo tocar la campana de la Virgen o levantar el velo que cubre su imagen.
Sin embargo por lo excepcional y raro el ocurrido en 1895, el primer viernes de junio: Se formó una horrorosa tormenta y comenzó a descargar cayendo tan grandes piedras que se oía el chasquido de las mismas, al dar contra los muros, en la iglesia donde se hallaba reunido el pueblo adorando al Santísimo Sacramento expuesto. Pues bien: se levantó el velo que cubría a la Santa Imagen y al mismo tiempo cesó la caída de piedra.
En otra ocasión, en víspera de la Natividad de la Virgen (7 de septiembre) se cernió nueva tempestad preñada de malicia sobre la villa de Ujué reventando en truenos y granizo de grandes proporciones. Como de costumbre, comenzóse a bandear la campana y tan pronto como se esparcieron por el aire sus sonoras vibraciones se disiparon las blanquecinas nubes convirtiéndose todo en tempestad de agua, con admiración de muchos forasteros que en ese día concurren a Ujué,
Otra circunstancia sobrevino en una tormenta que da a conocer la influencia poderosa de María, tormenta ocurrida no ha mucho tiempo.
Y fue cayendo también piedra y tañéndose la campana, se desprendió el badajo; la piedra continuó azotando las casas y los campos, hasta que colocado nuevamente el badajo que se hizo a toda prisa, se volvió a repicar y bandear la campana de la Virgen.
Relatos recibidos de labios de Don Félix Aramendía, párroco de Ujué entre 1895 y 1915.
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viernes, 17 de diciembre de 2010

Paz de Ciganda es testigo de cómo la Virgen de Ujué devuelve el habla a la muda de Cadreita.

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Hurgando en diversas hemerotecas nos encontramos con el episodio que relatamos hoy.

Para situarnos diré que todo sucede en  la romería grande a Ujué, el domingo siguiente a San Marcos de 1929.

La cronista, Paz de Ciganda, nos describe la romería y el ambiente cargado de emoción en medio del cual una devota muda recupera el habla ante todos los presentes.

Lo transcribo tal cual,  sin comentarios. Que cada uno saque sus conclusiones.

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DIARIO DE NAVARRA
Pamplona martes 29 de abril de 1929

¡Dadnos agua, Gran Señora!
¡Madre mía, cúrame!

Este año más favores de la Virgen de Ujué.
Apuntes de romería.
Atraídos por el imán santo de la «Paloma de la Montaña», van los cruceros antes del alba; han salido de la tierra baja.
La llanura, con su fuerza expansiva, les ha dicho: «Marchad». La Fe motiva el deseo, este año más vivo, que impele a subir a clamar. Por entre campos amenazados de sequía, van una vez más; andan esos caminos y atajos que sorprendieron un día a la sierra en su magnífico aislamiento.

Desde sus alturas, siguiendo direcciones de Tafalla, Olite, Caparroso, Carcastillo, Beire, Pitillas, Murillo y Murillete, la vista podrá descubrir, de trecho en trecho, serpenteos humanos en la hora tenue de la alborada.

Corremos también de Pamplona a unirnos en Ujué, y vuelan los coches por la carretera a la vera de los campos que nos dicen: «Si ellos no, los ruegos de los cruceros, ya están llegando al cielo»,—Lluvia finísima empaña el «para-brisas»; muy menuda ciertamente.. ¡Pero agua al fin!

Hasta llegar a la altura de la bella Cruz anunciadora del castillo de Ujué no se detiene nuestra vista.

Allí sí... pero doblemente impresionada porque ve en la distancia cómo místicos guerreros acorazados asaltan la Fortaleza.., Sus sombras negras suben, se deslizan por entre las murallas que Ujué forma y no paran hasta lograr coronarlas... Llevan armas,... suenan cantos,.., ruidos de cadenas se oyen. . . Las piedras todas de los baluartes del recinto cambian en gris el dorado de sus fuegos por entonar mejor con las brumas de la sierra, con el pardo mismo de las tierras y aumentar el encanto con la imprecisión del misterio.

No lo desciframos hasta penetrar, bajo el gótico de la arcada, en el templo.

Brillante, esplendorosa entre sus oros y platas, está la Virgen, ¿Quién dijo que su carita morena por ser o no romano-bizantina tiene aire de asustada?
¡Yo la vi que sonreía!
Sonreía a los riberos que uno a uno y ciento a ciento, deponían e sus pies las armas del camino... los «Leños de cruzados»: las cadenas de penitentes atadas al pie desnudo.
Vencida la fatiga por el recio anhelo, rota queda en las voces rebosantes de amoroso orgullo que saludan
 «¡Viva la Virgen de Ujué!».

Enseguida el ambiente se llena de ternuras inefables. Cruza el pueblo con su Reina, con su madre, miradas y palabras que dicen deseos, promesas, súplicas: «A Ujué nos llama la Virgen—A Ujué nos llama la Fé—Vamos a donde nos llaman—Navarros vamos a Ujué»—y piden a la madre: Dadnos agua Gran Señora—que corra por los caminos—Virgen Sacrosanta—que vemos los labradores—que se nos secan los campos».

Tras las voces fuertes de los hombres las de las mujeres, en eco suave, repiten «Dadnos agua gran Señora»…… y más silenciosa, pero no menos honda, brota la plegaria íntima del dolor personal: «Madre mía dame el habla—haz que mi lengua te cante»... A clavarse ante el altar de su Virgencica amada ha llegado la enferma muda de Cadreita.. Hablará...

La Virgen mira a todos... ¿No es ya suficiente?.

Entretanto afuera sigue lloviendo. Luego llega el homenaje de las funciones solemnes; con cuantas galas la Basílica despliega, en oratoria, música, ornamentos. Oficía el clero de Ujué ayudado por los de los lugares en romería. Acuden las autoridades presididas por las de Tafalla.

Misa mayor, sermón, vísperas, misa de auroros, con su canto peculiar ... Son las doce... desde las ocho no ha cesado el murmullo de las preces... Junto a mí una mujer joven sentada, tiene en brazos su niñito. Lo envuelve en blancas lanas. ¡Diríase el cuadro de una ofrenda!

Tan fija está la mirada de la madre en la hornacina, que no repara en el marido que se llega. «...Pero mujer... ¿no te basta aún?»

Ella acaso envidia al caballero Bustos, padre de los siete Infantes de Lara, que recibió la vista por el milagro de Ujué y fijó su recuerdo devoto en la propia estatua orante!

La enferma de Cadreita, siente pena semejante. ¡Separarse de Ujué! ¿Si allí su esperanza... su ilusión entera ha puesto?.. Por eso vuelve callada... una hora y otra hora... y en la de las dos y media, sigue a los pies de la Virgen... sin poderse arrancar... Es la última visita, arrecia la fe. . . bulle la esperanza . . . la emoción crece con ahogos de lágrimas. . . . La voz interior del alma que cree y ama, se hace palabras una vez más . . . y una vez más el favor Divino sé hace patente: ¡Un «Madre mía. . . . Madre mía». .. . resuena en la nave Santa!.

¡La enferma de Cadreita Bruna Ramos ha recobrado el habla. . . que hace algún tiempo perdió!

Entre quienes oyen y presencian asombrados están de Pamplona los hermanos Lazcano; los hermanos Bescansa.
Se acercan. . . la romera de Ujué sigue hablando alto: «Madre mía. . . . Madre mía. . . .¡Cómo he venido, cómo volveré!». . . . El sonido de su acento se extiende por los ámbitos todos del Fuerte de Ujué. Salen, acuden de todas partes cruceros y peregrinos.
El entusiasmo levanta clamor en tantos corazones agradecidos y atruena el espacio un grito poderoso. . . . inmenso: . . . ¡Viva la Virgen de Ujué! ¡Viva Navarra!.

Siempre de nuevo la fuerza inmanente de la espiritualidad triunfa en la cumbre de la Virgen de Usúa (paloma), mientras la torre almenada de su castillo permanece en alto como faro explicativo de la llamada atrayente. . . iVenid! iQuedad!

PAZ DE CIGANDA. Abril 28, de 1929.

jueves, 14 de octubre de 2010

Don Gonzalo Gustioz conde de Lara y de Salas recupera la vista en Uxue.

Foto: Cuadro de Zurbarán representando 
a Gonzalo Bustos conde de Lara. 

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Articulo del año 2010 puesto al día en noviembre del año 2024.
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Uno de los presuntos milagros de la Virgen de Ujué más difundidos es aquel por el que dicen que Gonzalo Gustioz, conde de Lara, curó de su ceguera.
Este personaje oriundo del antiguo condado de Castilla es también conocido como Gonzalo Bustos y sobre todo como el padre de los Siete Infantes de Salas o de Lara.

El del conde don Gonzalo Bustos pretende ser el relato más antiguo de una curación milagrosa obrada por la Virgen de Ujué.
El personaje de nuestra historia es contemporáneo de Almanzor que vivió entre el año 938 y el 1002.
 
Todavía faltaban unos cien años para que se erigiesen los tres ábsides románicos que todavía se conservan en la actual iglesia de Santa María la Real de Uxue.
Todavía no se había fundado el Priorato de Uxue ni habían llegado aquí los canónigos de San Agustín.
Tampoco se había esculpido la imagen de la Virgen que ahora conocemos.

En las recientes excavaciones del año 2009 y bajo el suelo de los ábsides románicos, se encontraron los cimientos de una iglesia prerrománica, que en todo caso pudiera ser coetánea del legendario protagonista de esta historia.

Según la tradición uxuetarra, este milagro lo podemos resumir así:
Corría la segunda mitad del siglo X. 
Habiendo perdido trágicamente a sus siete hijos y habiéndose quedado ciego de tanto llorar, llegó a los montes de Ujué acompañado de su servidumbre el noble Gonzalo Bustos, conde de Lara y Salas con la esperanza de recuperar por mediación de Santa María de Uxue su vista perdida.

Llegados que fueron al punto desde el que comienza a verse el templo (cinco siglos más tarde señalado con la gótica Cruz del Saludo) el caballero se apeó de su caballo y se postró en tierra.
Ayudado por los suyos, comenzó a recorrer de rodillas el trayecto hasta la iglesia (1560 metros). 
Al llegar ante la Virgen, la vista retornó a sus ojos.

En memoria del milagro mandó hacer una estatua orante que en el presbiterio, perpetuara su agradecimiento.
También hubo un poeta anónimo que allá por el siglo XIX describió esta estatua y nos contó el milagro así:

"Este busto respetable
que se mira junto al ara
es el Conde Gustios Lara
a quien vuestra mano afable
del estado lamentable
de ceguera en que se vio
generosa le libró
cuando con toda confianza
en Vos puso la esperanza
y a vuestra casa llegó".
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Lo cierto:
Cuando en Castilla campeaba como conde independiente Garci Fernández, por la segunda mitad del siglo X vivió un noble caballero, Señor de Salas, por nombre Gonzalo Gustios.

Se dice que en ese tiempo ya existía en Uxue una fortaleza erigida por Iñigo Arista, primer rey de Navarra.
Dentro de aquella fortaleza había una pequeña iglesia prerrománica dedicada a Santa María que demolieron el año 1086 para hacer otra más grande de estilo románico.

La leyenda. El personaje.
En el siglo XII se escribió en Castilla uno de los más grandiosos poemas épicos de la literatura española. 
Sus noticias fueron recogidas con gran detalle por Alfonso X el Sabio en la "Crónica General"´.

Resumiendo, dicha leyenda es así más o menos:
Gonzalo Gustioz tiene siete hijos conocidos como los Infantes de Lara.
Gonzalo González, el menor de ellos, al celebrarse la boda de su tío Ruy Velázquez con doña Lambra, mató a un primo de la novia.

Más adelante Gonzalo González es visto (o se hizo ver) por Doña Lambra bañándose en paños menores. 
Doña Lambra lo considera una provocación sexual y una grave ofensa.

Doña Lambra, aprovecha este lance para vengar la muerte de su primo Álvar Sánchez ordenando a su criado manchar a Gonzalo González con un pepino relleno de sangre.

Gonzalo reacciona matando de una estocada al criado de Doña Lambra, que había ido a refugiarse bajo la protección del manto de su señora.
Gonzalo huye y Doña Lambra termina saciando su odio haciendo que los mahometanos maten a traición a los siete Infantes.

Desconocedor de este fatal desenlace, Gonzalo Gustioz, es enviado a Córdoba con una carta en árabe donde se le sugiere a Almanzor que lo maten también a él.
En vez de ello y en cuanto llega don Gonzalo, Almanzor manda que le muestren las cabezas cortadas de sus siete hijos y que lo tomen prisionero.

Pasado un tiempo, Almanzor tuvo pena del dolor infligido al castellano, lo puso en libertad y le dio para su servicio una mora hidalga.
De los amores de Gonzalo y de la mora nació Mudarra González, quien más tarde vengaría la afrenta inferida a su padre.
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Único paralelismo entre la leyenda de Ujué y la castellana: 
La ceguera del personaje principal.
El único paralelismo con la leyenda de Uxue que nos muestra a Gonzalo Gustioz ciego, lo encontramos en otra versión medieval sobre Gonzalo Guztioz en prosa datada en el año 1344 procedente de Castilla en la que nos muestra al Conde don Gonzalo ya ciego, que recupera la vista prodigiosamente.
Pero esa manera prodigiosa de recuperar la vista no es la que se cuenta en Uxue. Y no ocurre en Uxue.

Veamos:
En una composición castellana que se titula "El anillo de Mudarra", se cuenta la ceguera de Gonzalo Gustioz.
Se dice que cuando Don Gonzalo fue finalmente liberado y antes de irse de Córdoba hacia su tierra, la  mismísima hermana de Almanzor, le comunica al Conde que está embarazada de él (el niño será Mudarra).

Gonzalo Gustioz, antes de marcharse, toma un anillo y lo rompe en dos pedazos, dándole una parte a ella y quedándose él con la otra mitad.
Años más tarde Mudarra recibe este medio anillo como herencia de su madre.

Sigue contando esa versión que Don Gonzalo quedó ciego con el paso de los años.
Más tarde cuando Mudarra ya es un hombre y va a Salas en busca de su padre, don Gonzalo por su ceguera no lo puede reconocer.

Al Conde de Lara le dice su esposa que el viajero es el vivo retrato de Gonzalo, el más joven de los Siete Infantes.
Al juntar la parte del anillo que trae Mudarrra y la que tiene Don Gonzalo, comprueban que encajan perfectamente.
Y se produce el milagro: 
Recupera la vista y el anillo queda unido permanentemente. Mudarra finalmente vengará a su padre.
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Epílogo.
Es difícil averiguar qué hay de verdad en el relato épico de los Siete infantes de Lara.
Por lo menos sabemos que existió un tal Gonzalo Gustios en el año 975, y que es invención su hijo Mudarra.

En las muchas, distintas y variadas versiones de la leyenda del padre de los Siete Infantes no hay mención alguna al milagro que se cuenta en Uxue ni tampoco se menciona ningún viaje o estancia en Navarra del noble castellano.

Según Jimeno Jurío la leyenda de la peregrinación a Uxue del caballero castellano, ciego de tanto llorar a sus hijos, debe ser posterior al siglo quince, ya que la única noticia de que Gonzalo Guztioz quedase ciego la encontramos en la composición medieval en prosa que hemos comentado y que es del año 1344.
Jose María Jimeno Jurío comenta que la versión que se cuenta en Uxue fue recogida por el Padre Moret, analista de la Historia del Reino de Navarra..

Según escribió José Javier Uranga en su libro "Ujué medieval", ni Moret ni el padre Villafañe pintan al personaje que recupera la vista en Uxue como de edad avanzada.
Uranga sigue diciendo que aunque también contaron el milagro, ni Pedro Madrazo ni Iturralde y Suit identificaron al Gonzalo Gustios de Ujué con el padre de los Siete Infantes.
Termina diciendo que el primero en hacerlo plenamente es el Padre Clavería.
José Javier Uranga en su mencionado “Ujué medieval” cataloga esta historia como mito legendario.

La efigie de Gonzalo Guztioz que vio Moret en Ujué, y que estuvo hasta 1951 junto al altar de la Virgen, era una burda escultura de yeso del siglo XVII que desde 1951 y hasta el año 2010 se conservó en un almacén, la cabeza por un lado y el resto por otro, junto a varios altares y otros objetos que esperaban arreglo.

Ese mismo año de 1951 se descolgó del muro intermedio de entre romanico y gótico tres enormes cuadros.
En el cuadro central se representaba la escena de la aparición de la Virgen al pastor,.

En otro se contemplaba a Carlos II rey de Navarra arrodillado y mirando hacia una silueta del pueblo y Santuario de Uxue. Debajo del cuadro había una leyenda que decía que Don Carlos hizo construir la nave gótica y que dejó en Uxue su corazón.

En el tercer cuadro se representaba el milagro gracias al que Gonzalo Gustios, Conde de Lara, recuperó la vista tras llegar caminando de rodillas desde la Cruz del Saludo 
Hay constancia que este tercer cuadro había sido pintado en 1782 por el pintor tafallés Santiago Aróstegui.

Desaparecidos los motivos que recordaban esta leyenda, solo algún que otro ujuetarra mayor de sesenta años recuerda la historia del Conde de Lara, su ceguera y su curación en Uxue.
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DIBUJO:
En el libro de Padre Jacinto Clavería titulado "Iconografía y santuarios de la Virgen en Navarra " tomo 2, año 1942 y en la página 329, ilustra con este grabado la narración de la milagrosa curación de Don Gonzalo Gustios en Uxue.

Nuestro personaje aparece dibujado junto a su séquito junto a la Cruz del Saludo donde dicen que descabalgó y se dirigió caminando de rodillas hacia el santuario.

La leyenda sitúa este milagro en el siglo X cuando todavía la iglesia fortaleza de Uxue no tenía el aspecto que hoy tiene, ni todavía se había tallado la imagen de la Virgen (siglo XII) ni erigido la Cruz del Saludo (siglo XV).
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Para terminar, aquí os pongo la poesía que compuso el vecino de Uxue Alfonso Iriarte Landarech sobre el crucero desde donde se dice que Gonzalo Guztioz marchó de rodillas hasta el Santuario de Uxue para recobrar la vista:

VERSOS A LA CRUZ DEL SALUDO DE UJUÉ.
Vetusta Cruz del Saludo,
Esbelta Cruz de la Sierra.
Las lluvias lavan tu cara,
El cierzo seca tu piedra.
Escudos nobles te adornan,
Recuerdo de la realeza.
El musgo cubre tu encaje
El prisma de tu silueta.
Aquí llegó Don Gonzalo
De castellana nobleza,
Poadre de los siete Infantes,
Con siete penas a cuestas.
Afable cruz del saludo
Donde los pueblos se encuentran
Donde se escucha la jota.
Donde la salve se reza.
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Bibliografía utilizada para redactar este artículo:
- Padre Jacinto Clavería en "Iconografía y santuarios de la Virgen en Navarra" tomo 2, año 1942.

- Padre Jacinto Clavería en "Historia documentada de la Villa de Ujué". Año 1953

- José María Jimeno Jurío en "Navarra Temas de Cultura Popular nº 63 "Ujué". Año 1964.

- José Javier Uranga en "Ujué Medieval". Año 1984.

- Enciclopedia Digital Wikipedia, en el artículo titulado "Los siete infantes de Lara". (Pinchar aquí para ver).
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miércoles, 6 de mayo de 2009

De cuando la entrada de los franceses en Uxue y quisieron quemarlo.

Fantasía poética inspirada en el relato de los hechos redactado por el ayuntamiento de Uxue contando los sucedidos en la guerra contra los franceses. Más información pinchando en la francesada en Ujue y sobre todo en el artículo titulado el ejército francés castiga Ujué

Del Castillo de Pamplona
más de mil hombres salieron
mandados por muchú Brun,
el gabacho más perverso
de todos cuantos mandaron
el ejército extranjero.


Quedaron en San Martín,
de reserva, setecientos,
y los restantes llegaron
llenos de odio y veneno
para descargar sus iras
sobre este pueblo indefenso.

A este pueblo de brigantes,
decía el jefe extranjero
que no quiere obedecer
al rey don José primero,
es menester castigarlo:
Lo hais de quemar todo entero.



Y los soldados franceses 
impíos y sarracenos,
obedeciendo el mandato
se esparraman por el pueblo,
cogiendo por todas partes leñas,
 pajas y sarmientos;
y en casa del vicario 
el combustible metieron, 
pues por la casa del cura
debía empezar el incendio.


¡Virgen de Ujué, madre mía!
¿Consentirás que este pueblo
que te adora y te bendice,
perezca pasto del fuego?
Así, dentro de la iglesia,
exclama un pobre viejo,
que por sus años no pudo huir 
con los demás del pueblo.


Y la Virgen que a Navarra 
le tiene amor verdadero,
al arcángel San Miguel 
y a los ángeles del cieloles 
mandó, todos a una,
volar encima del pueblo.
Y con las alas formaron 
tan rebullicioso viento,
que no consiguió el francés,
a pesar de sus esfuerzos,
encender los combustibles
destinados para el fuego.


Furioso el jefe gabacho
mandó traer un puchero
de alquitrán de las calderas
del mismo Pedro Botero, 
y mandó rociar las leñas 
de ese betún, 
que en lo negro mesmamente 
parecía su alma y corazón perversos, 
mientras que lleno de rabia decía 
el muy sacrílego:
Veremos si ahora la Virgen puede
 apagar ese fuego!»


Pero la Virgen de Ujué,
madre del navarro pueblo,
le llamó a San Sebastián,
el santo más milagrero
que hay después de San Fermín 
y San Javier en los cielos;
y le dijo, que impidiese 
a toda costa el incendio.


El Santo se apareció 
todo vestido de negro.
Les entró a los franceses 
un miedo tan grande al verlo
que escaparon como el alma 
que lleva el diablo al infierno.
Y de entonces en jamás 
nunca por Uxué volvieron.
Y si esto no es un milagro,
que venga aquí Dios a verlo!

Premín de Iruña