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jueves, 27 de septiembre de 2012

Ujué y las brujas.

En Ujué siempre ha habido gente que ha creído a pies juntillas en la existencia de brujas.
Personalmente conocí y tuve conversaciones sobre el tema con cinco o seis personas, ya difuntas, que creían firmemente en ellas. Mejor dicho las temían:
Las brujas eran capaces de hacer maldades y mis interlocutores, ellos y ellas, mencionaban que tal o cual persona del pueblo tenía fama de bruja.

En tiempos, los viajes a la Virgen de Arbeiza eran continuos porque tenía fama de ser remedio infalible contra brujerías y sortilegios. 
Llegaron a enseñarme las cintas que se compraban allá para protegerse de embrujos.
Si el cerdo o cualquier animal de la casa enfermaba de manera sospechosa o si alguien creía haber recibido mal de ojo, con poner la cinta de la virgen de Arbeiza alrededor del cuello de la persona o animal afectado era suficiente para sanar.

En mis tiempos de monaguillo acompañé a frailes de los de Olite (franciscanos) que eran reclamados en cierta casa del pueblo por ser especiales a la hora de bendecir el hogar y ahuyentar los maleficios que, según la dueña de la casa, alguien les hacía…
He oído a personas mayores contar historias de embrujos y brujería con la vehemencia de estar contando cosas reales.
He oído contar de primera mano  como cierta persona rechazó un maleficio al tener el valor de  enfrentarse a quien consideraba bruja…
¿Cómo no iba haber gente crédula si hasta hace unos siglos la Santa Inquisición quemaba vivas a  personas acusadas de brujería?

CUATRO CASOS "BRUJERILES" OCURRIDOS EN UJUÉ.
En el libro titulado “Los corrales de Ujué y la vida de antaño” entrevistaron a la entonces alcaldesa de Ujué del modo que sigue:
“Nos cuenta María Jesús Zoroza que se decía que en Ujué había muchas brujas y refiere varias historias relacionadas con ellas.
Nos cuenta una historia que le pasó a su madre. Estaba recién casada e iba a donde su marido, que estaba en el campo montada en un macho. Se encontró con una mujer que le dijo: ¡Ay, Feli, no llegarás donde tu marido! Al rato el macho la tiró y se rompió la pierna y el brazo. Para inmovilizarlos estuvo dos años metida en una especie de artesa, completamente inmovilizada.
Por eso ella tardó en nacer. 

Nos comenta otro caso que se dio en Ujué, en la casa que ahora es de su hermana. Dice que su tío, que tenía yeguas, iba a ir a la “Parada” al día siguiente a Tafalla. Una de Ujué, ya difunta, le dijo que no iba a ir a Tafalla. 
Esa misma noche la yegua se puso muy nerviosa y empezó a dar cabezazos contra el suelo. Su madre y su abuela bajaron para ver qué le pasaba y decidieron pasarle por la cabeza una estampa de la virgen de Arbeiza, “Los desconjuros de la virgen de Arbeiza”. La yegua se levantó y su tío fue ese día a la “Parada” en Tafalla.

Habla de otro caso sucedido cerca del pueblo. Hay una piedra enorme por el Pinar de Muelas que se llama la “Piedra de las Brujas”. 
Una mujer vio un cabritillo que estaba cojo y lo llevó en brazos hasta San Miguel. Allí el cabritillo le dijo: “Si estás cansada, descansa”. Después desapareció. 

Otro caso es el de un gato negro que andaba por el tejado de una casa, al que el hombre de la casa le dio un palazo. Al día siguiente una vecina, que se le suponía bruja, amaneció con la pierna rota. Cuando una bruja va a morir, la primera mujer que le da la mano se queda con sus poderes”.
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