No me resisto a copiar íntegramente los siguientes textos, obra de José Ignacio Zulet amigo y coetáneo mio. Él los publica en la web de Pueblos de España en su apartado sobre Ujué.
Son recuerdos del ayer los que reaviva con su expresiva prosa. Y esos recuerdos son a la vez notas a tener en cuenta pues son testimonios de un tiempo pasado, merecedores de estar en un futuro archivo etnográfico y costumbrista de nuestro pueblo.
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1. LAS GASEOSICAS QUE DABAN BALONES
JIZ. Cuando éramos muetes bebíamos la singular gaseosa IRU de Tafalla, en botelllas antiguas como la de la foto, que incluso nos regalaban cromos de futbolistas, escondidos bajo el capuchón.
Cuando juntabas 4 equipos tenías un balón, ¡qué alegría, ya podíamos jugar en la placeta!.
Uno de estos balones cayó al corral de la Camila y ¡qué casualidad! el esférico fue a parar a las brasas que había en la cenizas del corral.
Disgusto muetil-juvenil, una vez más nos quedamos sin balón. Otras veces aparecía Fausto y con la excusa de que íbamos a topar con los cables, se podía dejar al pueblo sin luz, nos quitaba si podía la pelota.
Pese a todas las adversidades algunos jugamos al fútbol en equipos federados.
En Uxue se bebía gaseosa IRU (iniciales de Iracheta y Ruberte) y gaseosas Montón, ambas distribuidas desde Tafalla.
Este formato ya es histórico y por eso el envase es un recuerdo que ya no se estila en la actualidad, y así nos ha traído recuerdos del ayer, de cuando éramos muetes callejeros.
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2. LUGAR DE LOS HECHOS
JIZ. Foto con historia, en la que se puede ver el paso del tiempo hasta llegar a día de hoy. Observemos el poste de la luz en el muro de la Placeta, el alumbrado era el antiguo, el actual data de 1978.
La casa de Fermín Ayesa "el Lucero" y la Sra Juanita Arlegui, no había sido restaurada, la fachada aparece con cemento, hoy luce piedra, esta misma casa fue el Circulo Carlista y tenía bar, como lo demuestran los carteles de marcas de refrescos.
Casa Bercero, se transformó en el Mesón las Torres, aquí lo vemos en sus primeros años de funcionamiento, cuando todavía se vendían las almendras de las hijas de Melitón Ayesa, que dejaron de elaborar tan dulce género por estas fechas.
La casa de Zulet, en realidad era casa Berumbe, ya no tiene esos balcones en la parte alta, no la vieja fachada de adobe, el pozo ya no existe, el cartel de las almendras de Estefanía Arangua fue cambiado, la fachada presenta piedra al descubierto.
Casa Arana aún existía con su porte antiguo, todavía no se había transformado en el actual Mesón Las Torres II.
Las señoras Pía y María San Martín, de casa Arana, aún venían a pasar el verano por aquella época pretérita.
Las antenas de TV nos hablan de estilo pertenecientes a épocas pasadas. En la placeta vemos dos remolques agrícolas aparcados, a día de hoy ya nadie aparca vehículos de esta envergadura, dejando esta explanada para turismos..... habrá más cosas que se me escapan, podemos llegar a la conclusión de que en 42 años transcurridos Ujué ha cambiado, manteniéndose la distribución pasada.
(El amigo Zulet no cuenta que el tejadillo y el muro que se ven en el angulo inferior derecho pertenecen al corral de la Camila a donde muy a menudo iban a parar los balones de quienes jugaban al fútbol en la Placeta, que en esta foto se ve ocupada por vehículos)
3. LOS CABLES ELÉCTRICOS, FÚTBOL Y BALONES EN UJUÉ CUANDO ERAMOS MUETES
JIZ. Durante muchos tiempos el tema de la luz fue controlado por Fermín Ayesa Salaberri, más conocido como el lucero.
Él era encargado de mirar los contadores casa por casa, cambiar con su larga escalera las bombillas que se fundían y de echar la luz, allí donde el transformador del frontón (hoy ya no está), o de apagarla cuando amanecía.
Posteriormente el cargo fue heredado por su pariente Fausto Ayesa Irigaray, quien con un capazo llevaba las bombillas nuevas, para cambiarlas allí donde era menester.
Recuerdo como alguna vez Ujué se quedó sin luz, pues cuatro mocosos, entre los que me encontraba, jugábamos al fútbol en la placeta, al despejar el balón chocó con los cables y se produjo un intenso chisporroteo al hacer contacto entre los alambres pelados y los chiquillos ante el problema suscitado y ante los gritos de Fausto comenzamos a correr.
Hasta no ha mucho existían postes de madera que sujetaban los cables, en la placeta había dos, uno próximo al lisador y otro en el paredón, junto a casa el cura.
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Fausto, sacristán y a la vez encargado de la iluminación eléctrica de las calles del pueblo, vigilaba desde los balcones, arriba del todo, tal como nos lo ha contado Zulet.
Que un balón saliera disparado fuera de la placeta suponía tener que correr cuesta abajo por las empinadas calles del pueblo para poderlo atrapar.