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domingo, 20 de diciembre de 2009

Las navidades en Ujué por los años 49-50.

Este artículo me llegó gracias al amigo Iñaki Zulet. Está tomado del periódico Ribera Alta/Media Voz, diciembre del 2002.
En él, nuestra paisana Puri Burgui Jaime cuenta cómo era la navidad en nuestro pueblo cuando ella era niña.
Esto quizás os traiga a la memoria lo que escribí el año 2008 en este blog recordando estas fiestas. VER AQUI.
Puri es catorce años mayor que yo. Pero las vivencias que cuenta son parecidas y la realidad socioeconómica del pueblo la misma.
Pero bueno, dejemos que ella nos cuente cómo eran las navidades de Ujué por aquellos años:


Las Navidades de antaño en Ujué. Por Puri Burgui Jaime.
Durante el verano solíamos criar un pollo capón a base de maíz o lo que hubiera para poderlo comer en Nochebuena.
Así que eso era nuestra cena, junto al cardo y las castañas que siempre hacía mi abuela y los orejones que hacía mi madre.
Turrón teníamos poco, lo que comprábamos en casa Melitón Ayesa o en Tafalla en casa de Jesús Ramírez, el de los caramelos de piñón. Y esa era nuestra Nochebuena.

El 31 era parecido: Otro pollo y otra partidica después de la cena. No salíamos. Esas horas eran de `las pelandruscas´.

Los Reyes también se vivían de distinta manera a la de ahora. Era tradición sin embargo salir el día 5 de enero toda la chavalería del pueblo con las esquilas y organizar la cencerrada.
Como no teníamos cabalgata, un año la Rosina y Abaurre, un matrimonio de Ujué, se disfrazaron para que los vieran sus hijos y desde entonces los llamábamos `los Reyes´.

Pero yo un año los ví de verdad. Tendría unos siete años cuando mi madre nos llevó a Pamplona a ver los Reyes. Estábamos en los soportales de la plaza del Castillo y yo no hacía mas que mirar para arriba pensando ¡pero que alto es esto!.
Había mucha niebla y gente a montón. Y de pronto entre las antorchas apareció el Rey negro y le dió un beso a un niño....¡que ilusión!
¡Imagínate! Aquel día nos dijeron que teníamos que ir a la cama pronto y que aunque oyéramos ruidos no nos levantáramos. ¡Yo ya oía ruidos, pero tuve los ojos pretos como demonios!.

Y a la mañana siguiente me habían echado una cocinica de hojalata ¡con perolicas rojas y todo! No se me olvidará nunca......

Pero aquello no era lo habitual. Lo normal era ir el día 6 a casa de las madrinas en busca de las estrenas que era la paga y alguna anguilica de mazapán.

En casa, si había juguetes, a veces eran los mismos que nos habían echado el año anterior y que ya ni nos acordábamos.
A mi marido, también de Ujué, a veces le dejaban la huella de la herradura en las cenizas del fuego y al lado algún guirlache o una bolica de mazapán, o le decían que los Reyes no habían podido llegar, que se habían quedado en San Martín, que había nevado mucho...
¡Que inocentes éramos!.. Pero es que en aquellos años no había dinero....
¡Bastante hacían los padres con hacernos vivir la ilusión de Reyes!




Puri Burgui Jaime y su marido José Antonio Goyen Ugalde, ambos de Uxue.