La imagen llegó a la catedral de Pamplona en torno a las 19.30 horas y fue recibida por numerosos fieles con jotas y el rezo del Rosario de los Esclavos.
Pamplonicas de origen ujuetarra, pamplonicas originarios de los pueblos devotos de la Virgen de Ujué, pamplonicas de siempre y gente de toda Navarra esperaban impacientes su llegada.
Tras entrar el arca donde se transportaba la imagen se procedió a sacarla a la vista de todos con el mismo exquisito cuidado que tuvieron en Ujué.
Con gran boato en una corta pero emotiva ceremonia, se la colocó en el presbiterio, donde permanecerá hasta que se arregle la verja de seguridad de la capilla de Sandoval.
Seguidamente se rezó el Rosario dirigido por los Esclavos de María.
En fechas próximas se celebrará una misa en su honor. Para los de Pamplona de bienvenida.
Para los que vayamos desde Ujué, será para verla y... ¡ay!...para volverla a despedir.
VUELVE PRONTO MARÍA