Uxue, jueves, 19 de enero del 2012.
Hace unos días murió José Luis. (14 de enero de 2012)En todos los ambientes tanto académicos, sociales como políticos era más conocido con el sobrenombre de Txillardegi.
¿Y a qué viene este recuerdo y en este blog?
Pues sencillamente para que mis paisanos de Uxue (muchos de los cuales solo saben castellano) sepan que ya hace más de treinta años que el que esto escribe conoció a Txillardegi sin buscarlo.
Y porque él, aun antes de conocernos, mostró un singular aprecio hacia nuestro pueblo por su historia y por su pasado euskaldún.
Era el año 1979.
Era el año 1979.
Estaba en mi tercer curso de aprendizaje del idioma. Ya era capaz de leer escritos en euskara y de hablarlo a mi manera.
En la extinta revista Punto y Hora, José Luis escribió un articulo lleno de añoranzas recordando un paseo suyo por las calles de Uxue.
Era el nº 121, con fecha del 20 abril de 1979. El artículo se titulaba "Uxueko zelaietatik", y se extendía entre las páginas 31 y 32.
En su articulo (escrito en euskara) hablaba de Uxue como lugar cargado de historia y simbolismo.
Comentaba cómo varios escritores hablaron sobre la pervivencia del euskara en nuestra villa.
Txillardegi mencionaba en su escrito un par de topónimos que el conoció hablando con gente del pueblo y recordaba un trabajo de Angel Irigaray sobre a los nombres de la flora del pueblo resaltando unos cuantos de ellos que conservaban y conservan su nombre en éuskara...
Contaba también, con cierto punto de amargura e ironía, que la única palabra en euskara que oyó en nuestro pueblo fue cuando una joven llamó Hartza a su perro.
Por esas fechas éramos dos los ujuetarras que estábamos aprendiendo euskara en la academia Arturo Campión de Pamplona.
Ambos dos, el paisano Patxi Salaberri y yo, escribimos a la revista una carta de respuesta (en euskara, claro) diciendo que en Ujué si que había euskaldunes, que nosotros dos al menos habíamos aprendido euskara y que entre nosotros no hablábamos otro idioma.
Al poco tiempo y esta vez por correo recibí una carta en Uxue. En el sobre, solamente mi nombre y las palabras Uxue/Ujué. Sin dirección ni nada.
Por esas fechas éramos dos los ujuetarras que estábamos aprendiendo euskara en la academia Arturo Campión de Pamplona.
Ambos dos, el paisano Patxi Salaberri y yo, escribimos a la revista una carta de respuesta (en euskara, claro) diciendo que en Ujué si que había euskaldunes, que nosotros dos al menos habíamos aprendido euskara y que entre nosotros no hablábamos otro idioma.
Al poco tiempo y esta vez por correo recibí una carta en Uxue. En el sobre, solamente mi nombre y las palabras Uxue/Ujué. Sin dirección ni nada.
Era de Txillardegi que supuso que como en los pueblos pequeños nos conocemos todos, el cartero me la haría llegar.
Ese fue el comienzo de una incipiente amistad.
Ese fue el comienzo de una incipiente amistad.
Le conté como había llegado a amar el euskera gracias a mis continuos buceos en la historia de Navarra y la de mi pueblo, condición indispensable para poder atender bien a los visitantes ya que solía ayudar a mi padre en sus labores de sacristán e improvisado guía turístico de Uxue.
Nos cruzamos varias cartas. Hasta que un día me avisó que vendría a Ujué.
Nos cruzamos varias cartas. Hasta que un día me avisó que vendría a Ujué.
Y el día de su visita hablamos de los nombres de los campos, de como el maestro nos habia dicho que no usáramos las palabras ezpuenda, chiricome, sangundilla y unas cuantas más porque no nos iban aa entender si salíamos del pueblo...
José Luis vino unas cuantas veces más a Uxue. Con su familia o con más amigos, con alumnos de la Udako Euskal Unibertsitatea o aprovechando la cercanía tras visitar una editorial de Tafalla.
Las llaves para ver el conjunto monumental estaban en manos de mi padre y bastaba con llamar en la casa del sacristán junto a la iglesia para que se les atendiera.
Cada vez que Txillardegi me pilló en Uxue solíamos acabar en animada charla sobre cosas de la historia de Navarra, la del pueblo y la del idioma.
Ni que decir tiene que la comunicación entre ambos siempre fue en euskara.
José Luis también entabló amistad con Patxi Salaberri quien, al igual que yo, mantuvo una buena relación individual con él.
Patxi voló alto. Enseguida despuntó en lingüística y filología. Txillardegi y él mantuvieron contactos, en este caso relativos a filología del euskara, investigación y temas académicos sobre la lengua.
En mi caso hubo un tiempo en que ejercí como profesor de euskara para adultos en la misma academia donde lo aprendí.
Se hizo necesario obtener el título de aptitud que entonces solo expendía Euskalzaindia. Uno de los libros que me fueron necesarios para la formación y preparación fue la Euskal Gramatika de Txillardegi del año 1978.
En ese punto en que me iba preparando para el examen tuve ocasión de apuntarme a un cursillo que él dio en la Universidad vasca de Verano (Udako Euskal Unibertsitatea) en el colegio Larraona de Pamplona.
Con el tiempo leí sus novelas y ensayos, fui sabiendo más cosas de su vida. Pero durante nuestros esporádicos encuentros las charlas que mantuvimos fueron esencialmente en torno a tres cosas que tuvimos en común: Nuestro interés por Uxue, por la historia de Navarra como eje troncal de Euskal Herria, y por la reivindicación social del euskara.
Arturo Campión, la academia donde me euskaldunicé y luego fui irakasle, era centro neurálgico de la movida en pro del euskara en Pamplona.
Y ocurrió por aquel entonces, finales de los 70, que se creó un movimiento popular para reivindicar el derecho a vivir en euskara.
El derecho a poder expresarse y ser atendido en nuestro viejo idioma en cualquier ámbito administrativo, el derecho a tener radio, prensa televisión en euskara, que la grafía de nuestros pueblos estuviera en euskara … y a ese movimiento se le llamó Euskal Herrian Euskaraz.
En los inicios de este grupo volví a ver a Txillardegi. Él era impulsor nato y alma mater de este organismo reivindicativo. Él estaba muy documentado sobre organizaciones reivindicativas similares en Flandes, Gales, Quebeq, Bretaña... etc.
Y volvimos a vernos en reuniones del grupo, en manifestaciones y acciones reivindicativas en favor del euskara llevadas a cabo bien en Iruña, bien en Donostia o en otros diversos lugares.
Además de en su faceta como luchador en favor del idioma, recordaré a Txillardegi como buen seguidor de las cosas de Uxue.
Desde que supo que Patxi Salaberri estaba haciendo la tesis doctoral sobre la toponimia de nuestro pueblo preguntó más de una vez sobre cómo iban los descubrimientos.
Y cuando al fin el amigo Patxi publicó su tesis (año 1994) disfrutó enormemente leyéndola y así nos lo comentó.
Tras la fundación de la Asociación de Amigos de Ujué (1997) me preguntó varias veces sobre cómo iban las cosas, o cómo se estaban realizando las obras.
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Amigo Txillardegi, siempre te recordaré como enamorado que fuiste de estas tierras de la Zona Media de Navarra.
Cada vez que viniste a Uxue trajiste contigo más personas contagiándolas de tu mismo entusiasmo. Hiciste vivir a la gente que te acompañaba que las torres, la fortaleza y basílica que estaban viendo fueron construidos cuando Navarra aun era independiente, cuando el idioma natural de estos lares todavía era el euskara…..
Como ejemplo de la pervivencia de nuestro idioma me solías pedir que le dijera al grupo visitante qué nombres tienen éste, ése o aquél paraje de nuestro término municipal que divisábamos desde la altura: Basandia, Mugazuria, Urtiaga, Zaldunaga, Larciaga, Ardui, Andiaga, Aristuziaga, Dorrendiaga, Aitzandieta, Zapaiz, Lerbez etc…
Por esto y por otras muchas cosas más, quedas en mi recuerdo José Luis. Que con estas palabras sepan mis lectores (muchos ujuetarras solo saben castellano) que a ti también te gustaba Uxue.
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Cada vez que Txillardegi me pilló en Uxue solíamos acabar en animada charla sobre cosas de la historia de Navarra, la del pueblo y la del idioma.
Ni que decir tiene que la comunicación entre ambos siempre fue en euskara.
José Luis también entabló amistad con Patxi Salaberri quien, al igual que yo, mantuvo una buena relación individual con él.
Patxi voló alto. Enseguida despuntó en lingüística y filología. Txillardegi y él mantuvieron contactos, en este caso relativos a filología del euskara, investigación y temas académicos sobre la lengua.
En mi caso hubo un tiempo en que ejercí como profesor de euskara para adultos en la misma academia donde lo aprendí.
Se hizo necesario obtener el título de aptitud que entonces solo expendía Euskalzaindia. Uno de los libros que me fueron necesarios para la formación y preparación fue la Euskal Gramatika de Txillardegi del año 1978.
En ese punto en que me iba preparando para el examen tuve ocasión de apuntarme a un cursillo que él dio en la Universidad vasca de Verano (Udako Euskal Unibertsitatea) en el colegio Larraona de Pamplona.
Con el tiempo leí sus novelas y ensayos, fui sabiendo más cosas de su vida. Pero durante nuestros esporádicos encuentros las charlas que mantuvimos fueron esencialmente en torno a tres cosas que tuvimos en común: Nuestro interés por Uxue, por la historia de Navarra como eje troncal de Euskal Herria, y por la reivindicación social del euskara.
Arturo Campión, la academia donde me euskaldunicé y luego fui irakasle, era centro neurálgico de la movida en pro del euskara en Pamplona.
Y ocurrió por aquel entonces, finales de los 70, que se creó un movimiento popular para reivindicar el derecho a vivir en euskara.
El derecho a poder expresarse y ser atendido en nuestro viejo idioma en cualquier ámbito administrativo, el derecho a tener radio, prensa televisión en euskara, que la grafía de nuestros pueblos estuviera en euskara … y a ese movimiento se le llamó Euskal Herrian Euskaraz.
En los inicios de este grupo volví a ver a Txillardegi. Él era impulsor nato y alma mater de este organismo reivindicativo. Él estaba muy documentado sobre organizaciones reivindicativas similares en Flandes, Gales, Quebeq, Bretaña... etc.
Y volvimos a vernos en reuniones del grupo, en manifestaciones y acciones reivindicativas en favor del euskara llevadas a cabo bien en Iruña, bien en Donostia o en otros diversos lugares.
Además de en su faceta como luchador en favor del idioma, recordaré a Txillardegi como buen seguidor de las cosas de Uxue.
Desde que supo que Patxi Salaberri estaba haciendo la tesis doctoral sobre la toponimia de nuestro pueblo preguntó más de una vez sobre cómo iban los descubrimientos.
Y cuando al fin el amigo Patxi publicó su tesis (año 1994) disfrutó enormemente leyéndola y así nos lo comentó.
Tras la fundación de la Asociación de Amigos de Ujué (1997) me preguntó varias veces sobre cómo iban las cosas, o cómo se estaban realizando las obras.
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Amigo Txillardegi, siempre te recordaré como enamorado que fuiste de estas tierras de la Zona Media de Navarra.
Cada vez que viniste a Uxue trajiste contigo más personas contagiándolas de tu mismo entusiasmo. Hiciste vivir a la gente que te acompañaba que las torres, la fortaleza y basílica que estaban viendo fueron construidos cuando Navarra aun era independiente, cuando el idioma natural de estos lares todavía era el euskara…..
Como ejemplo de la pervivencia de nuestro idioma me solías pedir que le dijera al grupo visitante qué nombres tienen éste, ése o aquél paraje de nuestro término municipal que divisábamos desde la altura: Basandia, Mugazuria, Urtiaga, Zaldunaga, Larciaga, Ardui, Andiaga, Aristuziaga, Dorrendiaga, Aitzandieta, Zapaiz, Lerbez etc…
Por esto y por otras muchas cosas más, quedas en mi recuerdo José Luis. Que con estas palabras sepan mis lectores (muchos ujuetarras solo saben castellano) que a ti también te gustaba Uxue.
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