De cuando se restauró la silleria. Año 1999.
La iglesia de Ujué estuvo cerrada durante el mes de enero de 1999 debido a la plaga de carcoma que padecía desde hacía unos diez años. En ese mes, toda la madera del interior del templo se sometió a un proceso de desinsectación para intentar acabar con las termitas.
Los confesionarios, los bancos, la sacristía, el facistol (un gran atril de finales del XVI donde se colocaban los libros para cantar) y el órgano fueron saneados completamente. A continuación y hasta el mes de julio se realizaron los trabajos de una minuciosa y concienzuda restauración de la sillería del coro.
El equipo responsable de esta importante tarea fueron cuatro restauradoras, una escultora y cuatro carpinteros. La Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra invirtió 9.960.921 pesetas financiando los trabajos al cien por cien.
La sillería se inauguró el domingo de 25 octubre de 1999 en un acto, organizado por la Asociación de Amigos de Ujué en el que las restauradoras dieron una conferencia explicando a los asistentes todas las etapas y detalles de su trabajo.
Contaron que cuando comenzaron la obra, la sillería se encontraba muy deteriorada por el paso del tiempo y por el uso.
El agua y la humedad habían originado movimientos en la madera: Varias piezas estaban desencajadas y algunas tablas presentaban grietas por la mitad a causa de que la cola que las unía había perdido su efecto.
Las restauradoras comentaron además que el uso continuado de la sillería durante muchos años y el gran número de turistas que la visitaron y la palparon, provocaron que el color de la madera fuera cada vez más negruzco, debido a la grasa acumulada por el tacto.
«Encontrarnos un montón de chicles pegados e inscripciones de gente que pone su nombre y fecha de visita. Incluso faltaban trozos que habían sido arrancados», comentó Mar Sánchez, una de las restauradoras.
A todo esto había que añadir el destrozo ocasionado por la carcoma.
La sillería quedó como nueva tras la restauración pero sus tablas igual de débiles que antes.
Artísticamente se le pudo devolver su esplendor pero la sillería quedó debilitada en cuanto a que los asientos habían sufrido mucho con el peso de la gente que se sentó en ellos, la carcoma y las humedades.
Las restauradoras recomendaron que para preservarla era conveniente de que nadie se volviera a sentar en ella. El peso de la gente sentándose de nuevo en los escaños podría ocasionar la rotura de cualquiera de ellos o alguna de sus figuras.
A continuación transcribo del Diario de Navarra del 30 de octubre de 1999 un pasaje donde se comenta la conveniencia de que el coro estuviera cerrado, que solo se pudiera acceder a él con alguien acompañando a las visitas y que el responsable debía procurar que nadie tocara ni se sentara en la sillería.
Hablan Fermín Gurpegui párroco de Ujué que ya falleció, Begoña Ibáñez miembro de la Junta de la Asociación Amigos de Ujué y la restauradora Eva Ardaiz:
La sillería rococó de la parroquia de Ujué está situada en el coro. Esta parte de la iglesia permanece cerrada bajo llave. «Si se ha de visitar, la abriré yo», señala Fermín Gurpegui, párroco de Santa María de Ujué. Y cuando haya mucha gente y sea necesario el coro, habrá un responsable de que se trate bien la sillería.
Por ahora, se ha puesto un cordón para disuadir a los visitantes de acercarse a esta obra. Pero para Gurpegui no es suficiente: «No sé hasta qué punto la gente la va a respetar».
Muchos turistas
Begoña Ibáñez, secretaria de la Asociación de Amigos de Ujué, coincide con esta opinión. «No se puede dejar abierta y que todo el dinero que se ha gastarlo no sirva para nada>.
Ocurre que Ujué es un pueblo muy turístico, con unos 50.000 visitantes al año según explica Ibáñez. «Viene muchísima gente que no tiene cuidarlo y la utiliza de asiento», comenta.
Cuando se celebran las multitudinarias romerías a Ujué, la nave central de la iglesia se queda pequeña para acoger a todos los peregrinos y muchos de ellos se apiñan en el coro.
El párroco expresa su preocupación por que esta joya se estropee si se deja abierta al público. «No sé si compensa el público que sube para poder ver la celebración con todos los que utilizarían la sillería de asiento. Si le dices a uno que ha andado 20 kilómetros que no se siente, no te hará caso», apunta.
Porque, a pesar de la función para la que fue construida siglos atrás, la sillería «no se debería utilizar, ya que es delicada. No está para sentarse, afirma la restauradora Eva Ardaiz.
Don Fermín, mientras vivió tuvo especial empeño en preservarla y cuando por motivo de gran afluencia de fieles tenía que abrir el coro, siempre pidió que alguien estuviera allí para evitar que nadie tuviera la tentación de sentarse en los escaños
En 1999 inmediatamente de acabar la restauración, se puso un cordón de protección delante de la sillería tal como podéis ver en las fotos que adjunto.
En esta foto vemos al difunto don Fermín enseñando la silleria al presidente del Gobierno de Navarra don Miguel Sanz. Como se ve, el acceso a la silleria estaba protegido por un cordón y en el asiento se ve un cartelito de color blanco donde se pedia no tocar la silleria y no sentarse en ella.
Aqui vemos al nuevo párroco, don Jose Luis García, enseñando la sillería a un grupo de visitantes. Tambien se ve el cordón y detrás, sobre el asiento, los cartelitos de aviso de no tocar y no sentarse.
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Segunda parte. Algo ha cambiado.Tres años después de la restauración de la sillería comenzó el plan plurianual de restauración de todo el conjunto monumental de Santa María la Real de Uxue.
Una por una, en seis fases diferentes se ha ido trabajando en nuestra iglesia fortaleza y al fin el día 24 de abril del 2010 se volvió a abrir al culto el Santuario.
Se ha vuelto a actuar en nuestra sillería centrándola con respecto a la iglesia, se la ha alejado ochenta centímetros de la pared para evitar humedades y se han eliminado los muros de ladrillo que sujetaban los laterales.
Ahora son unos bastidores los que sostiene la sillería dejando ver la hechura original de la madera en la trasera de toda la sillería. Hasta aquí todo bien.
Novedades en el trato a la sillería tras la reapertura del Santuario.
Dia 24 de abril de 2010. Llegamos al día de la reapertura del templo. Todos los actos, el protocolo, la seguridad fueron planificados desde el Obispado y desde el Gobierno de Navarra.
Como es normal en estos eventos oficiales, se pensó en todo: Bancos para autoridades, personal que vigilaba y decía a la gente donde podía o no podía estar y cintas de seguridad guardando los bancos reservados a los invitados.…
Una hora antes del acto oficial se pudo visitar la parte gótica de la iglesia incluido el coro. El servicio de seguridad no dejó pasar a la zona del románico hasta acabada la misa.
El coro estuvo abierto y se pudo visitar para ver las pinturas recién restauradas y la silleria. Nuestra sorpresa fue no ver el cordón que anteriormente protegía la sillería y vimos con estupor cómo la gente se iba sentando en ella.
En ese día nadie contó con nuestra Asociación para nada. Nosotros que en vida de don Fermín y en casos semejantes habíamos cuidado de la integridad de la sillería, quedamos anonadados. Al parecer los organizadores del evento no le dieron importancia a que la gente se pudiera sentar en tan bonitos pero frágiles escaños.
No nos sentimos capaces de decirle a nadie que no se sentara ya que no éramos los organizadores del acto ni teníamos ningún encargo para ello.
La foto muestra un momento pasados unos minutos tras la reapertura de la iglesia. Ya se ve gente sentada y a niños jugando y agarrándose al recien restaurado facistol.
Lo mismo ha venido ocurriendo en los distintos días de romería que han transcurrido. El coro ha estado abierto durante las misas y la gente se ha sentado en los escaños sin ningún impedimento.
Alguien ha decidido que en la iglesia haya menos bancos que antes de la restauración. Alguien ha decidido que durante los actos religiosos, en la zona del románico solo puedan estar los sacerdotes y el grupo coral encargado de cantar en torno a un órgano electrónico.
Han pensado en todos esos detalles y al parecer no les importa que en esos días de aglomeración mientras el presbiterio permanece vacío se abra el coro y la gente se siente en la sillería. Las siguientes fotos son de un dia de romería mientras misa.
Pensamos y pienso que la alternativa a que en Santa María de Ujué esté todo cerrado no es que todo esté abierto, sino que todo esté accesible pero bajo control. Incluso en los actos litúrgicos.
Hay que evitar que, aun en actos inocentes e involuntarios, se pueda perjudicar el patrimonio histórico artístico que heredamos.
Esperemos que en lo que a nuestra sillería respecta se recapacite en la conveniencia de no dejar que nadie se siente en ella. Así lo recomendaron quienes la restauraron y así lo creo yo. .
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Este artículo ha sido enviado a responsables del Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra y una sintesis del mismo a varios medios de comunicación.