Giraría 360 grados lanzando su haz luminoso en todas las direcciones y así, de noche y en muchos km a la redonda sabrían dónde está el santuario de Ujué.
El precedente de 1952.
Siendo todavía unos mueticos nos contaban que una vez los militares trajeron al pueblo unos focos muy pero que muy grandes y que los encendieron de noche...
Era la víspera de la coronación de la Imagen de la Virgen de Ujué, noche del 7 al 8 de septiembre de 1952.
Aquellos focos eran antiaéreos; de esos que en tiempos de guerra lanzan sus haces de luz hacia el cielo durante los ataques de la aviación enemiga.
Gracias a esos focos se cumplieron los ensueños de más de uno y aquella noche se pudo saber dónde estaba Ujué desde muy lejos
pues los haces de luz estuvieron barriendo el cielo igualico, igualico que los de la 20th Centuri Fox. Pero solo fue una noche...
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LA IDEA DE PONER UN FARO EN UJUÉ.
La cosa venia de mucho más atrás. En El
Diario de Navarra del martes 15 de junio de 1926 ya se pedía un faro en lo más alto de Ujué.
El año 1926 fue el tercero de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Los partidos políticos tuvieron que actuar en la clandestinidad. Se impidió la normalización de las lenguas vernáculas, euskara, catalán, gallego...
La guerra del Rif seguía siendo el matadero donde morían los más pobres ya que solo los ricos podían librarse de ir a filas pagando sustitutos.
Las convulsiones sociales eran continuas tanto en el campo como en la industria.
En este contexto, a un tal Juan P. Esteban no se le ocurrió otra cosa que escribir sobre lo bonito que sería que un faro iluminase desde Ujué las noches ribereñas.
Un faro que proyectase la figura de una paloma.
El relator imagina que desde el tren se divisaba una potente luz sobre la montaña de Uxue describiéndola como “un gran raudal que semejaba la figura de una paloma de plata”.
El año 1926 fue el tercero de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Los partidos políticos tuvieron que actuar en la clandestinidad. Se impidió la normalización de las lenguas vernáculas, euskara, catalán, gallego...
La guerra del Rif seguía siendo el matadero donde morían los más pobres ya que solo los ricos podían librarse de ir a filas pagando sustitutos.
Las convulsiones sociales eran continuas tanto en el campo como en la industria.
En este contexto, a un tal Juan P. Esteban no se le ocurrió otra cosa que escribir sobre lo bonito que sería que un faro iluminase desde Ujué las noches ribereñas.
Un faro que proyectase la figura de una paloma.
El relator imagina que desde el tren se divisaba una potente luz sobre la montaña de Uxue describiéndola como “un gran raudal que semejaba la figura de una paloma de plata”.
Ni que decir tiene que este pasaje en que se describe que la luz del faro "semejaba la figura de una paloma de plata, es trece años anterior a Batman
(creado en 1939).
En el cómic de este enmascarado, los habitantes de Gotham City pedían
ayuda al superhéroe proyectando en los cielos la silueta de un murciélago. ¡Copiones!
Dejando bromas aparte, reproduzco a continuación la parte más interesante del mencionado texto.
En él se ve que el escritor es gente instruida; que conoce la historia de Navarra, que es predecesor o coetáneo de la idea de poner un foco-faro en lo más alto de nuestra torre y sobre todo que es un fervoroso devoto de la Virgen de Ujué.
GLOSARIO.
EL RESPLANDOR DE UJUÉ.
En él se ve que el escritor es gente instruida; que conoce la historia de Navarra, que es predecesor o coetáneo de la idea de poner un foco-faro en lo más alto de nuestra torre y sobre todo que es un fervoroso devoto de la Virgen de Ujué.
GLOSARIO.
EL RESPLANDOR DE UJUÉ.
Diario de Navarra. Martes 15 de junio de 1926.
Muy agradable resultó aquel delicioso viaje primaveral. Había
anochecido. El tren que subía de Zaragoza a Pamplona viajaba tras la feraz
Ribera baja.
A la izquierda, quedaban los montes del Cierzo con sus
recuerdos de la guerra napoleónica; y a la derecha, la Bardena Real, con la
mole que señoreó el castillo de Sancho Abarca, las estepas, antes selvas, que
sirvieron de guarida a guerreros y bandidos medievales, y los campos verdes
granados, que balanceaba la brisa. Detrás, bramaba el caudaloso Ebro; y
delante, iban apareciendo las alturas que ocultan el famoso barranco de Peñalén
en donde se derrumbó una dinastía navarra.
Cadreita, con las remembranzas de su poderoso Señor Don
Rodrigo Jiménez de Rada Arzobispo de Toledo: Milagro, trayendo a la memoria su
entereza en las persecuciones castellanas: Villafranca o Alesves, franca y
ennoblecida por su lealtad: Marcilla, la de Mosén Pierres de Peralta:
Caparroso... Pitillas...
El tren volaba por aquella planicie. Abajo, la obscuridad de
la noche, ocultaba el paisaje. Arriba resplandecía la luna escoltada por una
legión de rutilantes estrellas. Y enfrente, desde hacía ya mucho rato y cada
vez más cerca, fulguraba un potente foco, como un luminar pegado al monte.
Los viajeros se asomaban a las ventanillas, contemplando
entusiasmados el hermoso espectáculo que ofrecía aquella eminencia saturada de
luz, envolviendo con su brillantez las inmensas llanuras, como pretendiendo
atravesar con sus rayos las montañas vecinas, e intentando llenar de resplandor
el suelo, para que compitiera en claridad con la centelleante bóveda del
firmamento.
El tren se aproximaba al foco. Las ráfagas luminosas
deslumbraban con creciente intensidad; y dominando la cúspide, refulgía un gran
raudal que semejaba la figura de una paloma de plata, corro aleteando en la
oscuridad de la noche, bañada por la blanca luz de la luna.
Uno, varios, muchos viajeros, se descubrieron reverentes.
Eran devotos de la Virgen de Ujué, de cuyo santuario descendían como destellos
del Cielo, los resplandores que iluminaban a la tierra; y todos los viajeros, los
navarros por lo menos, dedicaron una oración a la Madre de Dios.
¡Viva la Virgen de Ujué! ¡Viva la Patrona de la Ribera!
¡Viva la protectora de Navarra! Vivas todos, que fueron contestados por una aclamación
general y entusiasta (y esta sí que verdaderamente sincera y espontánea), que
rompió el silencio de la noche y repercutió con ecos prolongados en las colinas
próximas; y el eco repetido llegó hasta el altar de la Virgen de Ujué, de la
Patrona de la Ribera, de la protectora de Navarra, haciendo estremecer de gozo
a los Ángeles que escoltan el trono de la Reina de las Reinas, y hasta el yerto
corazón del monarca navarro que quiso rendirse por los siglos de los siglos a
los pies de Nuestra Señora de Usúa.
Yo también me estremecí de alegría. Vuelto a la realidad,
envidié al sueño que me había hecho vislumbrar un cuadro tan bello; y aún me
restregué los ojos, para convencerme de que estaba despierto; insistiendo
durante un rato en creer, que mis elucubraciones no eran hijas de la fantasía
soñadora, sino de la realidad viviente.
¿Que se trata solo de un sueño, y como dijo el poeta los
sueños sueños son?
- Pero también escribió el poeta, que la vida no es más que un sueño. Y, además afirmo yo sin ser poeta, que ese prodigio soñado, puede ser muy fácilmente convertido en realidad.
- Pero también escribió el poeta, que la vida no es más que un sueño. Y, además afirmo yo sin ser poeta, que ese prodigio soñado, puede ser muy fácilmente convertido en realidad.
Y tengo la evidencia de que poetas y no poetas, hay muchos
en Navarra conformes con esa afirmación mía; es a saber: que un buen reflector,
bien dispuesto y perfectamente colocado en Ujué, podría reproducir la expresada
maravilla soñada ..... (...)
Juan P. Esteban
(No copio la última parte del escrito de Juan P. Esteban por resultar larga y reiterativa).
(No copio la última parte del escrito de Juan P. Esteban por resultar larga y reiterativa).
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SIGLO XXI. ILUMINACIÓN EXTERIOR DEL SANTUARIO DE UXUE.
Estos deseos de que Ujué fuera visible de noche desde las
llanuras de la Ribera de Navarra se han visto parcialmente cumplidos en estos primeros años del
siglo XXI.
No tenemos ningún
foco tipo faro en lo más alto de la torre. Pero sí seis focos que iluminan los torreones y las fachadas sur y oeste del
santuario.
Los relumbres de esta sencilla iluminación no tienen la rotunda visibilidad del faro soñado hace 88 años. Los que durante la noche quieran vislumbrar nuestro pueblo desde el suroeste de Navarra tienen que pasar un buen rato escudriñando la lejanía hasta conseguir vernos.
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Los relumbres de esta sencilla iluminación no tienen la rotunda visibilidad del faro soñado hace 88 años. Los que durante la noche quieran vislumbrar nuestro pueblo desde el suroeste de Navarra tienen que pasar un buen rato escudriñando la lejanía hasta conseguir vernos.
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El farolillo de luz roja que hay en lo más alto de la torre de Santa Maria de Uxue debería estar avisando por las noches a posibles navegantes
aéreos de la presencia de nuestra iglesia almenada pero… está averiado desde hace años.
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El sueño de que hubiera una linterna de potente lámpara, como las de los faros de la la costa, en lo más alto de la torre grande de Ujué todavía sigue siendo… un sueño.
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El sueño de que hubiera una linterna de potente lámpara, como las de los faros de la la costa, en lo más alto de la torre grande de Ujué todavía sigue siendo… un sueño.