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lunes, 23 de abril de 2018

Tres casos de historia negra en que los uxuetarras hablaban euskara.


Foto del documento referido a Uxue, año 1676, que se mostró en la exposición
"Navarrorum dos mil años de documentos navarros sobre el euskera"

Preámbulo.
Según el documento del Archivo Histórico Nacional en Madrid, sección  Consejos, libro 15270, fechado en el año de 1676 y que vemos en la foto, para ser Prior de Uxue era necesario saber euskara por ser ésta “la lengua común y general de aquel pueblo, en el que muchos no entienden otra”.

Frase corta y contundente que no deja lugar a dudas: 
Entrados ya en el último cuarto del siglo XVII el euskara era la lengua común y general de nuestros antepasados.
Y había vecinos que no entendían otra.
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He creído necesario citar el anterior preámbulo antes de dar noticia de tres casos judiciales que ha investigado y me ha dado a conocer el amigo Peio Monteano, técnico superior del Archivo Real y General de Navarra.
Dichos casos, que luego referiré, son muy anteriores a 1676.
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Como muy bien tiene demostrado Peio en su libro “El iceberg Navarro”, durante el siglo XVI los habitantes de la Alta Navarra se expresaban en dos lenguas: 
- En euskera, un idioma que la mayoría de la población habla, pero que nadie escribe, 
- Y en castellano, una lengua que hablan muchos menos, pero que es la que emplean los pocos que saben escribir.
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Idioma y poder.
Tener todo registrado, documentado y escriturado, es controlar la riqueza del territorio que se gobierna para, a la vez, tener controlados a los que pueblan ese territorio.
El idioma que se emplea en los documentos es el del dominador. 
Desde 1512 el que domina en Navarra es Castilla que impone su Virrey, su ejército, ciertos altos cargos en los organismos del reino, nombrando además a los obispos siempre no navarros.
Por lo tanto, es el castellano la forma escrita y hablada conque se le dan al poderoso las noticias de todo lo que se mueve en Navarra.

Todo ello, justo en la época en que los reinos soberanos de toda Europa comienzan a escriturar en sus idiomas propios.
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Uxue, siglos XVI y XVII.
Las referencias sobre Uxue en un documento de 1587 encontrado en el Seminario de Vitoria, es que estaba clasificado como pueblo de habla vasca.
Ochenta y nueve años más tarde (año 1676), el euskara todavía era “la lengua común y general del pueblo en el que muchos no entienden otra”.


Peio Monteano dice que durante el siglo XVI el 80 % (ochenta por cien) de la población de la Alta Navarra (actual Comunidad Foral) era exclusivamente vascoparlante según se desprende de documentos de la época.

La administración de justicia y el euskara en Navarra durante el siglo XVI .
Todos los escribanos de los Tribunales Reales de Navarra eran bilingües, es decir que sabían euskara (quizás desde la cuna) y sabían castellano por ser éste necesario para desarrollar su oficio de escribiente. 
Era totalmente necesario saber el idioma del ochenta por ciento de la población para poder interrogar con eficacia a reos y testigos de cualquier caso que ocurriere, antes de llevarlos a juzgar a los Tribunales.

Como éstos funcionarios eran bilingües, podían entender al detalle todo lo que los encausados y testigos referían.
Finalmente tras oír a los declarantes, los notarios escribían las testiganzas en castellano.

Monteano dice en su libro que los Tribunales, de Navarra funcionaron como “enormes máquinas de traducción” del euskara al castellano.
Así se facilitaba que los cinco principales cargos de los mencionados Tribunales Reales (cargos impuestos por Castilla) pudieran enterarse antes de que el tribunal dictase veredicto.

UXUE. TRES PROCESOS JUDICIALES  EN LOS QUE VECINOS DEL PUEBLO SE EXPRESAN EN EUSKARA. 
Recientemente, Peio Monteano me envió noticia de tres procesos judiciales:
uno de 1572, otro de 1581 y el tercero de 1611 en los que aflora el uso del euskara entre varios uxuetarras que aparecen citados en ellos.

El primer caso es sobre una muerte por apuñalamiento. 

1572 Proceso del Fiscal contra Martin Gamboa sobre permiso. AGN-NEAN. Tribunales Reales. Proceso núm. 326.268

En realidad se trata de un proceso abierto por el fiscal contra el alcalde y jurados de Uxue al considerar que no actuaron con diligencia para arrestar a un vecino que consiguió huir tras haber dado muerte a otro vecino. 
    
Suceso.                                     
Día 24 de junio de 1572, festividad de San Juan. 
Cuando la localidad celebraba la sobremesa de la comida festiva (4:00 de la tarde), se produce una discusión en una de las casas de las afueras de Uxue. 
Allí, el propietario de la vivienda, el herrero Juan de Iturmendi está con su amigo y vecino Miguel Março. 
Ambos están borrachos. Iturmendi insulta a su esposa, Juana Abaurre, llamándole “puta bellaca”.

Están presentes también Juan de Abaurre, Juana de Abaurre, María de Leoz y María Jiménez (criada). 
Marzo, que es pariente, sale en la defensa de Juana Abaurre. 
Comienzan a discutir y finalmente se pegan. 
En el transcurso de la pelea, Iturmendi le proporciona una puñalada bajo el brazo izquierdo a Março y huye de casa. 
Marzo sale en su persecución, pero poco después vuelve con la muerte ya en el rostro. Se desploma y, aunque es asistido por el barbero y el cura, muere esa misma noche.

1572, junio 25. Uxue. 
Probanza de información tomada por Pedro del Pueyo de Irigoien, escribano, en presencia del alcalde de la villa, Martín Ganboa.
Interroga a:
Juan de Abaurre, mozo, vecino de 17-18 años.
María Jiménez, vecina, de unos 30 años
María de Leoz, esposa de Miguel Usar, vecinos, de unos 36 años.
Juana Abaurre, esposa del homicida, de unos 60 años. Volvía de la iglesia cuando los encontró en casa.
Pedro de Oteiza, criado de Pedro Março, vecino, de unos 36 años. Estaba en la huerta, cuando oyó que voceaban. Acudió, pero las puertas de la casa de Iturmendi estaban cerradas.

… y baxo a la puerta baxa y le allo abierta. Y en ella estaba parado el dicho Miguel Marco, difunto. El quoal no le dixo nada ni este testigo le pregunto, ante limpiando el capote con las dos manos se fue la calle arriba sin que le biese golpe ni sangre alguna. Y luego se bozeo y se dixo que el dicho Marco yendo ansi por la calle, cayó desmayado…” (fol. 4)

Jerónimo de Alman, habitante de Uxue, de unos 23 años.
María Nicolay, esposa de Miguel Gorría, vecino, de unos 47 años.
Catalina de Urtubia, viuda de Martín de Abaurre, de unos 70 años.
Juana de Gorriti y Azpiroz, mujer de Joan Abaurre menor, de unos 30 años. 
(Peio Monteano omite poner más testigos de esta fase del caso ya que no aportan nada nuevo y por no hacer largo el escrito que me manda)

Antes de seguir con este caso, un inciso para aclarar qué es la "Probanza":
La probanza consiste en leer a los testigos los testimonios que dieron y se escribieron con anterioridad para que éstos diesen el visto bueno a sus propias declaraciones.
Si era necesario, se les "hacía comprender" lo que se había escrito en castellano traduciéndolo de viva voz al euskara.

1572, julio 1-2. Uxue. 
Probanza de información tomada por el escribano receptor Juan de Zudaire.
Se interroga a:
Juan de Abaurre, mozo, (hijo de Miguel de Abaurre, difunto, vecino que fue de Uxue), de 17-18 años. Se ratifica tras leerle su anterior declaración. Insiste en que  la mujer de Iturmendi no contestó a los insultos de su marido.
Juana de Abaurre, esposa de Iturmendi, Ratifica su anterior declaración después de que el escribano se la leyese y “por esta confesante oyda y conprendida aquella”.
María de Leoz, esposa de Joan Lusar, vecino. Lo mismo que la anterior.
María Jiménez. Lo mismo que la anterior.
Juan Ruiz, maestre cirujano, vecino, de unos 28 años.
Pedro de Abaurre menor.
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Otro inciso:
Así, leídas a botipronto y al estar el documento obligatoriamente redactado en castellano, parece como si todos los interrogados estuviesen hablando romance al hablar con el escribiente.
Pero... considerando que en aquella época todos los uxuetarras tenían como idioma natural el vascuence, lo lógico es pensar que las declaraciones de los testigos de este caso fueron hechas en euskara.
Por lo tanto, pudiera ser que los testigos e implicados de este caso hubieran relatado todo en euskara aunque el notario escribía siempre todas las testiganzas en castellano.

El siguiente testimonio de este caso nos apercibe del uso del euskara por parte de los protagonistas de este suceso:
1572, agosto 4. Uxue
Probanza tomada por Martín de Mendvil, escribano receptor. 
Este es el testimonio más importante en cuanto al uso del euskara pues nos apercibe de un monolingüe en romance.
Es el de Pedro de Oteiza, "estante en Uxue, criado de Pedro Março y de unos 36 años":
¡Pedro de Oteiza sólo sabía romance y no entendió lo que Miguel Março y Joan de Iturmendi se decían, ni lo que éste dijo a su mujer!

“… se acuerda que quando este testigo hallo y vio a Miguel Marco, deffunto, en el dia que murio, lo vio y halló en la puerta de la parte detras de la cassa de Joan de Yturmendi, herrero, delincuente, que estaba hablando con la mujer de él [Iturmendi], la qual no sabe como se llama ni lo que dezian, porque este testigo es romançado y hablaban ellos al tiempo en bascuenz. Y que el dicho deffunto passaba las manos por el capote por sobre el pecho, que a lo que paresçia lo limpiaba. Y que por causa de ello y de que el dicho deffunto no dixo nada a este testigo quando se toparon, no pregunto a él ni a la mujer del dicho delinquente çerca las dichas vozes…” (fol. 66 vº-67)
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Ahora toca relatar otro proceso: 
Un estupro ocurrido en el término de Otrollos Grande. (Otrollosaundi)
1581. Proceso del Fiscal y Graciana de  Muru, vecina de Uxue, contra Juanes de Arbeloa, vecino de Uxue, criminal, sobre estrupro. 
AGN. Tribunales Reales, proceso 56.284

Este proceso se refiere a un caso escabroso. 
Los padres de Graciana, una muchacha de unos 14 años, denuncian la violación de su hija y acusan a Juanes de Arbeloa, un joven local de unos 22 años de edad.

El 4 de mayo de 1581, el alcalde de la villa toma declaración a la víctima, que dice ser de unos 10 años. 
Los hechos acaecieron el lunes anterior, 2 de mayo, cuando su padre –que guardaba las vacas de la villa en el monte llamado Otrollos Grande- le envió a la villa a por pan. 
Allí estaba también Arbeloa con la intención de poner una “esquila” a la vaca de unos montañeses. 
Su padre dijo que podía acompañarle, pues había una legua de camino.
En el camino se desviaron hacia un barranco y allí le ató las manos por atrás y acto seguido la violó.

A continuación se interroga a Arbeloa, de unos 22 años, quien admite los hechos y se muestra dispuesto a casarse con ella. Luego, ya en prisión, se retracta del estupro.
Todo el proceso parece transcurrir en romance o al menos el escribano no hace constar la traducción a ninguno de los implicados.

1581, mayo 20. Uxue. Probanza tomada por Cristóbal de Mendigorría a
- Graciana de Muro, habitante de Uxue (10 años). 
Es la víctima. Se le lee, muestra y “da a entender” su anterior declaración (ese “dar a entender" puede significar que le hizo entender en vascuence), y la ratifica.
- Johan Ruiz, cirujano (37 años). También se ratifica, sin que conste en el documento haber existido traducción o ningún "dar a entender".
- Miguel Lusar, vecino de Uxue (30 años). Idem.

Por parte del acusado, el día 22 toma declaración a:
- García Zuria, vecino de Uxue (49 años). Confirma que Johan de Arbeloa nació en Uxue es vecino y siempre ha vivido en ella.
- Joan Xurio, almirante y vecino (52 años). Confirma que el acusado es hijo de Domenjon de Arbeloa y que será de unos 22 años.
- Joan Martinez, teniente alcalde, (44 años).
- Pedro de Abaurrea, vecino (52 años)

Por su parte, el 21 de mayo el escribano revisa los registros de bautismos en presencia del vicario, Antonio Marco. 
La inscripción del bautismo de Graciana aparece el 17 de febrero de 1567. La niña tendría pues, 14 años.

Al leer lo hasta ahora escrito, todo "parece" trascurrir en romance... pero no olvidemos que el escribano sabia euskara y que probablemente hizo su trabajo de investigación en vascuence.

Al final viene la sorpresa:
El acusado de este caso es sometido a tortura y da gritos en euskera.
Lo interesante es que, cuando estando en la prisión de Pamplona, Arbeloa es condenado a tormento para que reconozca su culpa, aflora el euskera. 
El acto tiene lugar el 8 de julio de 1581 en la sala del tormento de las cárceles reales, en presencia de los alcaldes Rada y Suescun. 
El protocolo es el habitual, instándole a que diga la verdad y culpándole de los daños que por no hacerlo pueda recibir:

“… Y el dicho Arbeloa dixo y respondio que no tenia ninguna culpa. Y bista su negatiba con las protestaçiones arriba dichas, le mandaron apretar los // cordeles con los garrotes y assi se los apreto el dicho executor. Y estando assi apretado con los cordeles, dezia en bascuençe el dicho Arbeloa: ‘Estugu alacoric eguin’, que quiere decir ‘no hemos hecho tal cosa’. Y de nuevo le mandaron que diga la verdad, donde no le mandarian apretar segunda vez. Y siempre insistio en su negatiba. Y se los apreto segunda vez. Y haviendole amonestado otra vez, siempre dezia ‘no hemos hecho tal cossa’…” (fol. 85/ 85 v)
(ved que es el escribano quien da la traducción)

La tortura se suspende porque al echarle agua (la segunda tortura) en la boca, el reo pierde el sentido.

Condena.
La sentencia de la Corte Mayor de 18 de julio de 1581 condena a Arbeloa a ser paseado por las calles de Pamplona, desnudo de torso, y a 100 azotes, tras lo cual será enviado a galeras para servir en ellas durante 5 años.
Posteriormente, los padres llegan a un acuerdo extrajudicial: que se casen.  No obstante, poco después la niña se echa atrás, no se quiere casar con Arbeloa “por ahora”
La familia de Arbeloa ofrece el matrimonio o “indemnización” de 42 ducados.
Así termina el proceso.
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Tercer caso:
El cirujano de Uxue que habló en euskara mientras operaba otro cirujano.
El tercer caso que me envía Peio Monteano es del año 1611. 
Caso que descubrió Florencio Idoate, cuando estaba al cargo del Archivo General de Navarra. 
Lo publicó en su obra “Rincones de Historia de Navarra”, tomo I, pág. 93.

Caso del que también di noticia en este blog bajo el título de "Juan de Mañeru, cirujano de Uxue. Cirujano y uxuetarras hablaban en euskara". (Ver aquí)

1611. Proceso del Fiscal y Juan Jerónimo Martínez, denunciante, contra Juan de Mañeru, cirujano, vecino de Uxue, 

Motivo: Haber excedido la licencia concedida por el Protomedicato, a cuya causa han muerto muchos enfermos y otros han quedado lisiados. AGN. Tribunales Reales, proceso 2.239.

El proceso comienza en 1608 a raíz de la denuncia presentado por el otro cirujano del pueblo, un tal Ruiz.
(¿será el mismo cirujano Ruiz que se menciona dos veces en el caso anterior?)

Se envía como comisario receptor a Miguel Díez de Ultzurrun, quien llega desde Pamplona y toma declaración a los testigos de ambas partes en septiembre.
Los testigos mencionan varias actuaciones de maese Juan de Mañeru, cirujano contratado por la villa. 
Este apareció por Uxue hacia 1604 por casamiento. 
Al llegar a nuestro pueblo presentó ante el concejo su título de cirujano, expedido tras el examen realizado en Pamplona. Es en él se dice que es natural de Zirauki. 
El concejo le contrató para atender a los vecinos y habitantes de la villa.

La más interesante para la cuestión lingüística es la que se refiere a la actuación en mayo de 1608 con un niño de dos años, hijo de un tal Juan Cruzat. 
El niño estaba enfermo de una “quebradura” (hernia intestinal ) por lo que los padres, persuadidos por Mañeru, se propusieron “castrarlo” contratando los servicios de un francés, oficial de otro compatriota que había curado a varios en La Oliva y también a varios niños en el mismo Uxue.
El caso es que el día de Santa Cruz de Mayo (día 3) asistido por Mañeru, el francés hizo una verdadera carnicería con el niño:
Sacado el paquete intestinal, no pudieron volvérselo a introducir. El niño murió esa misma noche.

Lo interesante en lo que al euskara se refiere, es el testimonio de un antepasado mío llamado Antón Burgui, vecino de Uxue de unos 44 años, quien estuvo presente.

“… Y siendo esto assi, el dia de Santa Cruz después de missa mayor se fueron el dicho françes y el acussado, Martin Aldunat y dos mugeres y este testigo a la cassa del dicho Joan Cruçat y todos entraron en el aposiento que estaba el dicho niño. Y antes de començar le dijo el dicho acussado al dicho françes que mirase lo que hazia y si no se atrebia a castrar que no pusiese manos en el dicho niño. Y siempre estubo el dicho françes muy tiesso deziendo que si sabia muy bien. Y con esto teniendo el dicho Martin de Aldunat y este testigo de las piernas y braços al dicho niño, principio a castrar el dicho françes. Y el acussado bezes alumbraba y bezes le daba los aparejos que tenia para castrar. Y no le toco el dicho acussado sino solo quando le pusieron tres granos, que no saue este testigo de que eran, mas de que [--------------------] en sus [--------]es para abugera […..] / Y puestos los dichos tres granos, le pusso un poco de lienço ençima y el acussado le puso la mano ençima del dicho lienço asta que los dichos granos abugerasen. Y después el dicho françes sin que le ayudasse el dicho acussado le abrio y le saco una bena y le atocon una cuerda. Y entonces le ayudo el dicho acussado a tener y ligar con la cuerda. Y luego le dijo el dicho acussado al dicho françes que havia andado muy mal. Y dixo en bascuençe el dicho acusado que si aquel niño no moria de aquella cura que ninguno moriria. Y con esto salieron del dicho aposento y se fueron a comer el dicho acussado y el dicho françes a casa del alcalde…” (fol. 12-12 vº)

En su declaración, Juan Cruzat, el padre, de unos 31 años, afirma que no pudo entender los términos de la negociación (el precio) entre el francés y Mañeru:
“… porque todo lo que entre el dicho françes y el dicho Mañeru trataban no entendía cosa ninguna, particularmente lo que dezia el dicho francés por hablar en su lengua de françes…” (fo. 6)

También declara su mujer, llamada Graciana Jurío, de 31 años, quien su propia declaración, al ver a su hijo de dos años, exclamó: “¡ay que me an muerto al niño, que le an sacado las tripas!”. (fol. 7 vº)
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Peio me dice que en la documentación de los altos tribunales de Navarra (también en el tribunal eclesiástico) seguramente habrá más casos que reflejen el uso del euskara en nuestro pueblo.

Muestra de ello es que, según me comunica Monteano, en 1599 los guardas de Uxue discutieron en euskara con unos pastores de Pitillas, entre los cuales había uno que era natural de la tierra de Sola (Zuberoa).
Todos los personajes implicados en dicho altercado hablaron, discutieron y se insultaron en euskara durante el incidente que se investiga.
(estoy a la espera de que mande más detalles de este caso)

Pero quedémonos con la imagen más tardana del año 1676. De mucho  después de que ocurrieran los casos que hemos contado:
Para ser Prior de Uxue "se halla ser necesaria la inteligencia de dicha lengua (el euskara) por ser la común y general de aquel pueblo en que muchos no entienden otra”.

Más claro, agua.
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Sabemos que en 1676 nombraron un Prior que dominaba el euskara.
También sabemos las fechas en que murieron los siguientes tres priores de Uxue y quienes fueron sus sustitutos.
Peio Monteano espera que desde el Archivo Histórico Nacional de Madrid puedan ofrecerle información sobre si todavía en el siglo XVIII, (y por los mismos motivos que en 1676) seguía siendo preceptivo saber euskara para ejercer el cargo de Prior en Uxue. 

 EN 1719 HABÍA EUSKALDUNES EN UXUE.
 Ya hemos visto antes que el euskara era en 1676 la lengua común y general de Uxue, pueblo en que muchos no entienden otra”

Año 1719. Jose Maria Jimeno Jurío en “Navarra: Historia del Euskara” nos relata el testimonio de María de Moriones mujer de Ignacio Aguirre vecina y natural de Uxue la cual dice que en 1719, habiendo ido a Tafalla, fue testigo de la conversación que mantuvieron dos hermanos de Bacaicoa en lengua vascongada, diciendo la testigo que ese es idioma que ella entiende y habla muy bien y que les entendió.

UN LIBRO EN VASCUENCE, CUYA PRIMERA EDICION FUE EN 1720, ES UTILIZADO POR LOS CURAS DE UXUE.
En la biblioteca parroquial de Ujué hay un ejemplar de un libro escrito en euskara: "Jesukristoren imitazionea" del párroco de San Juan de Luz Mixel Xurio, obra publicada por primera vez en 1720.
Pensamos que ese libro fue utilizado en Uxue (obviamente después de 1720) por algún cura, seguramente para preparar sus sermones en vascuence.                      
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CONCLUSIONES:
- El año 1587 Uxue era considerado netamente vascongado (en su significado histórico de población vasco-parlante o euskaldún).
- En 1676 el vascuence era todavía la lengua común y general de Uxue, donde muchos no entendían otra.
- Hay indicios que nos hacen pensar que en Uxue se siguió utilizando el euskera hasta, por lo menos, principios del siglo XIX.
- Para poder saber con precisión la cantidad de hablantes y el nivel de uso del euskera en nuestro pueblo entre 1700 y 1810-20 sólo nos falta encontrar documentos tan rotundos y clarificadores como el de 1676. Porque por los indicios que conocemos, intuimos que los hay.
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ENLACES DE INTERÉS:
- Este tema de 1676 lo veréis más desarrollado, con más datos conseguidos tras ir a las fuentes de archivo, si pincháis en este enlace.

- Y podéis tener más datos sobre la historia del euskara en Navarra (y en Uxue) pinchando en este otro enlace.

- La toponimia de Uxue hace pensar que el euskara fue mayoritario en el pueblo hasta mediados del siglo XVIII. Ver aquí

- Lo que escribí en este blog sobre el libro "El iceberg navarro" de Peio Monteano pinchando aquí
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viernes, 20 de abril de 2018

Sábado 21 de abril del 2018. Día del tañido tradicional de las campanas.

Artículo escrito a causa de que el sábado 21 de abril del 2018 arranca una campaña cuyo principal objetivo es que el tañido manual de campanas sea declarado Patrimonio Inmaterial del Mundo.
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El campanario de Uxue tiene cinco campanas y otros dos huecos en los que en tiempos seguramente también las hubo.
¿Hay alguien a quien le gustaría que nuestras campanas volvieran a sonar como antaño?
Ya que en otros pueblos hay gente que ha recuperado antiguos toques y repique de campanas, en Uxue se podría valorar hacer lo mismo.
                                 
UXUE. Y EN LO MAS SALTO, SU TORRE CAMPANARIO.

Las asociaciones de campaneros.
En Navarra, que yo sepa, hay dos colectivos que se han constituido para recuperar la tradición de los toques y repiques de campanas: los de la Catedral de Pamplona y los de Artajona.


Me precio de tener entre mis amigos a Jesús Mari Mangado y a Jokin Elarre miembros de los Campaneros de la Catedral de Pamplona que a su vez coordinan a nivel estatal con otros campaneros y sobre todo con la asociación "Els campaners de la Catedral de Valencia".(aquí su web)

Desde los campaneros de Pamplona debieron mandar mi nombre y dirección a esta última asociación que desde hace años me envía su calendario y lista de actividades que coordinan con otras muchas asociaciones de campaneros.

Las campanas, la voz de nuestros pueblos.
Resulta que el 21 de abril del 2018 se ha programado a nivel europeo un repique de campanas y carillones que se realizará a mediodía para visibilizar una tradición que muchos conocimos y que está en peligro de desaparecer.
Los repiques de campanas se harán en muchos lugares de Holanda, Italia, Francia y el Estado Español con motivo del Año Europeo del Patrimonio Cultural.

La de repicar las campanas es una antigua costumbre.
Había toques para avisar al vecindario de múltiples acontecimientos:
- avisando una reunión vecinal o batzarre,
- dando la alarma (toque de rebato) en caso de incendio, riadas etc.
- dando aviso del cierre de murallas,
- dando el toque de queda,
- tocando a téntere nublo (con intención de deshacer las tormentas con pedrisco)
- avisando que se iba a llevar el Viatico a un moribundo,
- haciendo saber una defunción,
- tocando mientras la conducción de un cadáver hacia la iglesia,
- para advertir que al día siguiente era domingo o fiesta de guardar,
- avisando de la misa o acto religioso que se iba a celebrar,
- bandeando mientras una procesión...

Existieron muchos más toques en nuestros pueblos y ciudades, cosa que se va sabiendo conforme se van recopilando tradiciones.
Todos ellos, toques distintos y diferenciados, fáciles de interpretar por los vecinos.


LAS CAMPANAS GRANDES DE UXUE

El toque de campanas en Uxue.
En nuestra infancia oír las campanas marcando las horas fue algo natural en el vivir cotidiano del pueblo.
El de las campanas era el único reloj para muchos.

Además era fácil identificar otros toques de campana que a veces sonaban a deshora.
Y así, desde niños, se nos quedaron grabados aquellos toques que se podían escuchar desde el campo, desde muy lejos del pueblo:

- El de Viático, que era toque de tintineo de las campanas chiquitas,
- El de a mortichuelo (si había muerto un niño o niña) también de tintineo de las campanas pequeñas.
- El toque si moría un adulto (que tenia treinta y tres golpes de badajo muy pausados con una de las campanas grandes si era hombre, o treinta y dos si era mujer),
- Sabíamos al momento qué eran aquellos toques de las campanas grandes que avisaban que alguna casa se estaba quemando..
- O sabíamos que aquellas notas parsimoniosas y tristes de las cinco campanas indicaban que se conducía a la iglesia a algún vecino difunto..
-  Sabíamos que aquellos toques alegres de repique y bandeo eran para la misa mayor,
- Identificábamos los también alegres toques de las campanas grandes indicando que los novios ya se habían casado y salían de la iglesia…
- Oyendo los bandeos que se hacían mientras las procesiones, se sabia a kilómetros a la redonda cuándo empezaban éstas y cuando terminaban…
- También se podía saber a distancia el momento de la consagración en la misa mayor pues se hacia un toque llamado de "a Sagra"..
- Y se podía rezar todos a la vez la oración del ángelus al alba, al mediodía y al anochecer gracias al toque de campana que se hacia en cada caso..

Fausto y la Rosario. Maestros en el repique.
Fausto Ayesa Irigaray descendía de toda una generación de sacristanes y campaneros. Desde tiempos de su abuelo Adriano estuvo la familia atendiendo dichos cargos.

Era cosa admirable oír como Fausto hacia hablar a las campanas grandes. ¡Que repiques más hermosos hacía haciendo sonar a la vez esas dos campanas!
Desde un tintinear de los badajos haciéndolas sonar suavemente, como un murmullo de bronce, para enseguida por medio de una escala sonora in crescendo hacer llegar el toque hasta un punto en el que de nuevo hacía descender otra vez el sonido de las campanas, son a son, hasta la nota  de inicio…

Rosario, su mujer, no le iba a la zaga a Fausto. Ella también era una consumada campanera, aunque había unos pocos en el pueblo que sabían diferenciar, en el sonar de las campanas, si era Fausto o Rosario quien estaba repicando.

Mi padre sacristán y campanero.
Allá por el año 1964 Fausto dejó de ser sacristán. El párroco de aquel entonces llamó a mi padre para desarrollar esa labor y subimos a vivir a la casa donde hasta entonces había vivido Fausto.

Tengo que reconocer que ni mi padre ni yo conseguimos hacer hablar a las campanas tal como Rosario y Fausto lo hicieron siempre.
Durante unas pocas veces intenté reproducir los repiques más difíciles de Fausto y Rosario, pero con poco éxito.

Los toques de campana solo debían hacerse cuando era menester.
Aquello de que no había que alborotar el pueblo con sonidos que no fuesen los ordinarios de cada momento, lo teníamos muy metido en la cabeza.
Según mi padre y mi tía, no se debían tocar las campanas (ni siquiera para entrenar) fuera de los momentos en que si debían ser utilizadas. Es decir que sólo se debían tocar para dar servicio.
Mi padre y yo nos conformamos con ir tocando los toques más fáciles y con hacer voltear (bandear) las campanas.

La afición de voltear (bandear) las campanas que había en Ujué.
Cuando éramos unos mueticos nos quedábamos boquiabiertos viendo como las campanas grandes de Ujué daban vueltas mientras entraba una romería, se hacía una procesión o en el toque de víspera de una fiesta grande. 
Ver aquellas moles de cuatro metros de altura dando vueltas mientras sus grandes badajos las hacían sonar era alucinante.

Había cuadrillas de mozos a los que no hacía falta avisar para que subieran a bandear. Ni en tiempos de Fausto ni en tiempos de mi padre.
Para ellos, bandear las campanas era como un deporte por lo que preferían estar bandeando a ir en las procesiones.

Muchas veces fui testigo desde dentro del campanario de una especie de competición entre los dos o tres mozos que empujaban una de las grandes con los otros dos o tres que empujaban la otra campana grande.
También contemplé los desafíos (a ver quien hacía dar más vueltas a su campana) entre los que bandeaban las campanas chiquitas…

El estado ruinoso del campanario. La prohibición de subir a la torre.
Creo que fue hacia 1968 o 1970 cuando el párroco prohibió subir a la torre por el desastroso estado de las escaleras y del suelo del piso del campanario.

A pesar de ello, los mozos a los que les gustaba subir a bandear las campanas grandes intentaron seguir haciéndolo. Entonces el párroco mandó fijar los ganchos que sostienen verticalmente esas campanas de modo que éstas no se pudiesen mover.

Mi padre, mi tía y yo, solicos en el campanario.
A partir de aquel momento fuimos los únicos que subíamos al campanario. La tía Joaquina (hermana de mi padre) solía hacer sonar las campanas grandes por medio de las cuerdas sujetas a sus badajos, mientras mi padre y yo hacíamos voltear dos campanas de las pequeñas.

Electrificación de las campanas.
El año 1972 me fui del pueblo para hacer la mili. En 1974 empecé a trabajar en Pamplona. Mi padre siguió de sacristán.  
El pobre José Miguel  Burgui tenía que subir a dar cuerda al reloj del campanario todos los días y a bandear y repicar las campanas a mano en días festivos.

Siempre reivindicó ante el párroco que se electrificaran las campanas para no tener que subir aquellas peligrosas escaleras para después darse otro palizón bandeando o repicando.

Allá por 1987, justo después de tener una crisis diabética y tener que irse a vivir conmigo al piso que compré en  Zizur Mayor es cuando el párroco de Ujué puso un motor eléctrico a dos de las campanas y un sistema de toques en las dos grandes. Todo activado desde la sacristía.
Aún recuerdo cómo mi padre recriminó al párroco no haber hecho eso cuando todavía ejercía de sacristán sino justamente al poco de tenerse que ir.
LAS DOS CAMPANAS PEQUEÑAS QUE VOLTEAN A MOTOR EN UXUE


La restauración de los torreones y del campanario de Uxue.
Pasaron los años. Y al fin, tras que la Asociación Amigos/as de Uxue diera guerra, se hicieron las merecidas restauraciones en el conjunto monumental.
Dificultades para voltear las campanas. 
Pero, desde que arreglaron el interior de la torre grande, el suelo del campanario está a un nivel diferente al de antes.
No hay manera de poder acceder al nivel de las campanas pequeñas. Dos de ellas voltean a motor.
Las campanas grandes también han quedado a demasiada altura, imposible de bandear a mano. Los badajos están sin cuerdas...
Además, unas redes colocadas tras las campanas para evitar la entrada de palomas, también imposibilitan su volteo.

¿Se podrían recuperar en Uxue los toques de campana que se hacían hace cincuenta años?
Creo que todavía es posible hacer sonar las campanas de Ujué tal como se hacía por los años 50-60. Al menos en lo referido al repique.

Primero habría que hablar con la gente mayor para que nos tatareasen los repiques de campana que recuerden. Luego, hacer sonar las campanas para tratar de reproducir los sonidos o melodías recogidas.

Creo que tal como yo, todos mis coetáneos recordarán todavía con qué campanas se tocaban y qué sonidos tenían el toque a incendios, el de téntere nublo, el de honor a los recién casados, qué sonidos tenían los distintos toques a misa, los de víspera de festivos, el toque de mortichuelo (muerte de niños) el de difuntos adultos, el de viático... el de la conducción de difuntos...
¿A que sí?
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¿Seriamos capaces en Uxue de fundar una asociación de campaneros  que aprendiese y recuperase viejos toques de campana?
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miércoles, 4 de abril de 2018

En Uxue se labraba con bueyes y había vacas royas que furiaban como betizus.

Las vacas royas de Ujué.
Todavía perviven en nuestra memoria aquellas vacas royas que tuvo Fidel Zubiri allá por los años 50.
Había veces en que dichas vacas venían pastando hasta los arrabales del pueblo y cercanías de las escuelas.

Eran furas, furiaban…
Recuerdo que en casa nos decían que las vacas royas "no eran mucho de fiar", que a veces furiaban (embestían, tratando de acornear) sobre todo si estaban criando algún ternero…

Las vacas royas de Uxue se parecían a las betizu.
Foto: una betizu y su cría

Bueyes de tiro.
Para cuando nacimos los del año 1953, ya no quedaban bueyes de tiro en Uxue. Pero desde crío oí hablar de gente del pueblo que los tuvo.

Uno de los varios relatos sobre estos animales que escuché en casa fue el de aquel matrimonio al que se le murió uno de los dos bueyes que poseían.


Se dice que allá en una pieza junto a la carretera que va a San Martin, vieron a aquel matrimonio tratando de labrar una finca que tenían en el lugar que los ujuetarras conocemos como “la curva de Chanajo”. En la yunta solo tenían al buey superviviente.   
Dicen que donde normalmente iba el buey que faltaba, iba tirando (o empujando) ella. 
El marido mantenía el arado firme para que el surco fuera bien, mientras animaba al buey con un “¡aida  Royico!” y a su mujer con un “¡aida Lucía!”
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Otro suceso antiguo, éste verdadero, de hace unos cien años, es aquel que oí contar a Maria Luz Aldunate Zoroza: 
Resulta que su padre llevó a beber sus bueyes al pozo Lifonso en el río Aragón.  
Empujados por el peso y la carga del carro del que tiraban, los dos bueyes fueron a parar dentro del pozo y según contaba, gracias al amo de casa del Cuadrau, que sabía nadar y se tiró al pozo, pudieron desengancharlos y sacarlos del agua

Más recuerdos de varios uxuetarras sobre bueyes de trabajo.
En el libro titulado “Los corrales de Ujué y la vida de antaño” Casto Remón Larrondo, que ahora tiene 95 años (en el año 2018) cuenta que en su familia tuvieron bueyes en el caserío de Busa y que él mismo los cuidaba.

Según nos refiere Loli Alonso, su nuera, Casto todavía recuerda cómo siendo un chiquitajo se le escapó uno de los bueyes que cuidaba, que fue a buscarlo y que no lo encontró... 
Al volver había desaparecido el otro buey. Domingo el "Carbonero" lo vio llorando y le dijo: -
- ¿Porqué lloras, Castico? 
A lo que Casto contestó: - 
- He perdido el buey blanco y al negro no lo encuentro.

Según Casto, que conserva una privilegiada memoria, también había bueyes en Rusiana (Erlosiana) en la hacienda de Laurentino Zubiri y en el corral de Julianico.
Los últimos bueyes (según Casto) fueron probablemente los de Ángel Zubiri, Cándido Valencia “el Señor”, los de Sara de casa Juan Andrés y  los de la familia de Julio y Ramos Berrade.

Sergio Monreal Ayesa cuenta que él vió en una casa de Ujué un yugo de bueyes para tres. El hueco de en medio era más pequeño que los dos laterales. La finalidad era que se unciera en este un buey joven para irse acostumbrando al yugo e ir aprendiendo de los bueyes veteranos.

Cuando no trabajaban, los bueyes iban con las vacas.
Feliciano Jurío, que cuando fue entrevistado tenía 80 años, cuenta que en tiempos de su padre la mayoría de los que tenían vacas royas tenían bueyes (buey es el toro castrado). 
Cuando los bueyes no trabajaban, hacían el careo (salir a pastar) con toda la manada de vacas, por los barrancos y los carasoles de Ujué.

Ser boyatero, boyero.
En Uxue, al que se ocupaba de llevar vacas y bueyes a apacentar se le llamaba boyatero, boyero, palabra que originalmente significaba cuidador de bueyes.
La palabra boyeral significa el terreno reservado para el pasto del vacuno.
Boyato era la palabra para referirse al buey y al novillo jóven.
La palabra vaquero se empleaba poco en nuestra infancia.

Las vacas royas.
Mi padre me contaba que cuando era un crío (nació en 1913) todas las vacas del pueblo eran royas. 
Siendo mozalbete, él mismo pastoreó las vacas de la familia por tierras del corral de Aristuziaga al que todavía se le conoce con el nombre de Justo Burgui, mi abuelo.
Según mi padre y la gente de su edad, las vacas lecheras u holandesas no aparecieron en Uxue hasta muy tarde.

En los catastros, casi el cien por cien de las vacas de Uxue eran royas.
En los catastros de Ujué llaman "vacas del país" a las royas y a  las lecheras (holandesas) se les denomina "extranjeras".
Por poner un ejemplo, en el catastro de 1928 de la “Riqueza imponible del municipio” se consignan 224 vacas "del país". En cambio, vacas de leche de raza extranjera, sólo había 2.

Las vacas royas de Ujué, parecidas a las betizus.
En el libro “Los corrales de Ujué y la vida de antaño” se cuenta que los entrevistadores mostraron a Pepe Zubiri la foto de una betizu.
Pepe comentó de inmediato que la vaca de la foto era idéntica a las que tenían en casa.

En otro libro titulado “Las betizus de Navarra” se explica que en los barrancos y sotos del río Aragón de la zona de Ujué y Gallipienzo, pervivieron hasta los años 60 del siglo XX rebaños de vacas y toros con las características de las betizus.
En Murillo el Fruto también hubo ganado de estas características pero lo fueron cambiando por vacas lecheras antes que en Uxue.

¿Qué son las betizu?
Leemos en La Gran Enciclopedia Navarra que el origen de la palabra “betizu” proviene del euskara. Su etimología parece provenir de las palabras “behi-izu” (vaca asustadiza, arisca, salvaje).

Hay pinturas rupestres de hace unos 18000 años en la cueva de Lescaux (Dordogne) suroeste de Francia y en la cueva de Arenaza en Galdames en Bizkaia donde se pueden ver vacas que son morfológicamente similares a las Betizu...

 Foto: Dos ejemplares de betizu.

Las zonas en que se han conservado betizus hasta épocas bastante recientes en cantidades apreciables son Leiza (Leizalarrea), Goizueta, Arano, Vera de Bidasoa (Ibardín) y Baztán (Gorramendi, Amaiur, Erratzu.).
 
En Gipuzkoa hay betizus en la zona de Adarra-Leizaran, Urnieta, y también las hubo en Jaizkibel.
En Vizcaya  (Dima), en Iparralde (La Rhune, Mondarrain).
En Navarra se encuentra cerca del 75 % de cabezas de esta raza.

Las reservas para la conservación de la raza betizu.
Primeramente mencionaremos la reserva de vacas de la raza Betizu fundada en 1970 por la entonces Diputación Foral de Navarra y la Asociación Navarra de Amigos de la Naturaleza.
   
Se adquirieron en Goizueta un toro, tres vacas y dos terneros y se les liberó en las sierras de Zariquieta, Artxuba y Artanga cerca del actual pantano de Itoiz.
Desde entonces han mantenido un régimen de libertad, ocupando una extensión aproximada de 5000 has, con escaso manejo e intervención humana (identificación y saneamiento de ejemplares).

En 1974 se adquirió en Urnieta (Guipúzcoa) otro grupo de betizus, que se mantienen desde entonces en la finca Echaide, de Olagüe (Valle de Anué).
Los censos de ganado Betizu en Navarra son a 31/12/2016: 603 cabezas (555 hembras y 48 machos) localizados en las citadas reservas y 19 explotaciones.

La vaca pirenaica y los toros Carriquiri, descendientes de las betizu.

Las betizu, además de ser la base sobre la que los antiguos ganaderos desarrollaron la vaca pirenaica, es antecesora del ganado bravo de casta navarra cuyo mayor exponente son los toros de don Nazario Carriquiri Ibargarai (los famosos toros Carriquiri).

Sigamos hablando de las vacas royas de Ujué.
Todos los entrevistados para el mencionado libro sobre la vida en los corrales de nuestro pueblo, dijeron que las vacas royas de Ujué tenían tendencia a la embestida. 
En el habla popular del pueblo se dice que furiaban, que eran furas.
Un ejemplo: cuenta Amalio Ongay en el libro de los corrales de Ujué que una de las vacas de su manada era tan fura, que la llevaron para correrla a las fiestas de Murillo el Fruto.

Vacas y novillos de la raza roya de Uxue, ganado furo apto para festejos taurinos.
Juan José Lacosta en su libro titulado “Historia de dos ganaderías bravas navarras: Gabari (Murillo el Fruto) y Esparza (Santacara)” nos da la noticia de que a finales del siglo XIX y comienzos del XX Félix Gabari tenía ganadería de reses bravas en Murillo el Fruto. 
Cuando tenía muchas peticiones de toros para la lidia y ya no le quedaban más en su camada, se limitaba a acudir a los barrancos de Ujué para buscar más novillos.
Si los que ojeaba le gustaban, los compraba a sus propietarios y los marcaba con su hierro. Lo curioso es que, según aquel ganadero, servían “más o menos” para el toreo de la época.

Como ya hemos dicho en este blog (ver aquí) en las fiestas de patronales de  Uxue (el día de la patrona es el 8 de septiembre) aparte de celebrarse comedias, también se corría un toro, que posiblemente lo escogían de entre las manadas que pastaban por los campos del pueblo.

Las vacas royas de Ujué pastaban en libertad.
Encima de la Oliveta, a las orillas de río Aragón, entre el barranco del Lezkairu y siguiendo río arriba casi hasta la muga de Gallipienzo, existía un gran soto que fue roturado hace unos cien años. 
Según los ujuetarras de la edad de nuestros padres y abuelos, por aquellos parajes soltaban las vacas royas al empezar el día y se limitaban a recogerlas al atardecer. Las vacas pastaban “a su aire” durante todo el día.

El vedado. El Corral de las vacas. 
En Uxue había una zona vedada en la que solo se podía apacentar ganado bovino. Patxi Salaberri encontró documentos de 1722  en que la zona de Dorrendeaga y el Vedado se mencionan como boyeral es decir lugar de pasto para vacas y bueyes del vecindario. 

En el Archivo del ayuntamiento de Uxue. Carpeta 144 y bajo el título  “Roturaciones año 1793” se dice respecto al término de Dorrendeaga (que abarcaba desde el barranco de Aliaga hasta el de Lacubeli, Zapaiz  y Sule),
 que se divida y se reparta ya que el referido monte llamado Dorrendeaga no produce utilidad alguna porque no tiene ni ha tenido otro destino que el introduzir las bacas en los tiempos que le son acomodados.." 
Restos del corral de las vacas.
Término de Dorrendiaga.
Uxue.

Todavía se puede contemplar en el monte de Dorrendiaga (hoy por corrupción se pronuncia Redondiaga) las ruinas del corral de las vacas de propiedad municipal cuyo tejado estaba sostenido por unos impresionantes arcos que han llegado a nuestros días.

En el vecino pueblo de Gallipienzo todavía se conserva, en buenas condiciones y con tejado, un corral de las vacas gemelo al de Uxue.

El careo de las vacas royas de Uxue.
El careo es la marcha del rebaño, la dirección que los animales toman libremente.
Pepe Zubiri Jaime pastoreó las vacas royas de su padre desde los 12 años hasta que en 1965, en que cumplió los 20, se fue a Pamplona. 
Cuenta que, en sus tiempos de vaquero, él y sus hermanos pasaban casi todo el año (sobre todo el verano) en el corral que su padre tenia en  el término de Erlosiana (hoy se pronuncia Rusiana).
Sólo subían a Ujué el día de San Pedro.

Las vacas royas de la familia Zubiri salían de mañana por el Vedado y Carasol Alto y volvían al atardecer por los barrancos.
Al final del día, las vacas bebían en la balsa de Medios. 
El rebaño llevaba su careo y sólo había que vigilar a las vacas un poco para que no entrasen en viñas y sembrados.
Las manejaban con perros. A veces bajaban hasta la Oliveta y el río Aragón.
La manada de los Zubiri tenía unas quince vacas que no se ordeñaban y un toro. 
Cuando parían se recogía el “calostro” que en Ujué llaman "culestro". Vendían los terneros en Ujué y en la Feria de Lumbier.

Nos cuenta Pepe Zubiri que a veces su toro se enzarzaba en peleas con los de otras manadas y era imposible separarlos. 
Las vacas paridas eran muy peligrosas porque podían embestir en defensa de su cría.

Había muchos corrales con pequeñas vacadas. El entrevistado recuerda a algunos: Juan Ramón Burgui, Pedro Garcés, Licinio Ongay del corral de Romaldicos.... y que un vecino de Gallipienzo tenía 80 vacas royas.

Pepe contó que cuando nevaba o en inviernos muy duros no sacaban las vacas a pastar por lo que les daban de comer beza y paja en el corral...

Recuerda que una vaca, a la que le quitaron el ternero y lo llevaron a Ujué para vender, se subía todos los días desde el corral hasta su casa del pueblo, y así durante una temporada.

Zubiri comentó que, haciendo un rebaño común, acudían con otros vaqueros del pueblo a la feria de Lumbier para vender vacas y novillos. Iban andando por Gallipienzo, alto de Aibar, la venta de Judas y de ahí a Lumbier.
Mi padre solía contar que el abuelo Justo también fue alguna que otra vez a vender terneros a la feria de San Fermín de Pamplona, ida y vuelta siempre a pie, y acompañado de otros ganaderos por seguridad. 
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Podríamos seguir hablando sobre las vacas royas y también sobre las lecheras que hubo en nuestro pueblo a partir de los años 40. 
Como ello haría demasiado largo este capítulo, lo dejaremos para otra ocasión.
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Bibliografia empleada en la elaboración de este articulo:
Corrales de Ujué y la vida de antaño. Editorial Evidencia Médica.
- Historia de dos ganaderías bravas navarras: Gabari (Murillo el Fruto) y Esparza (Santacara) Editorial Evidencia Médica.
- “Las betizus de Navarra” Editorial Evidencia Médica.
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Enlaces consultados:
(Pinchad sobre ellos para poder leer sus textos)
- La Gran Enciclopedia Navarra. Betizu, Raza vacuna

- Intia Navarra. Betizu.

- Intia Navarra. Vaca pirenaica

- La finca de Sastoia. Conservación y difusión de Betizu

- Programa de conservaciónaleria de la raza bovina Betizu en Navarra (Formato PDF)

Reseña periodística de El Pais sobre el libro "Las Betizus de Navarra. Las últimas vacas salvajes de Europa".

WikipediaArticulo en euskara sobre la betizu con muchas fotografías.
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