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lunes, 28 de octubre de 2013

Un corralicero de Beire multado por cazar en el término municipal de Ujué.

PREÁMBULO.
Durante el siglo XIX tiene lugar la enajenación de las corralizas y comunales en muchas localidades de Navarra.
Tras las primera guerra carlista muchos combatientes volvieron a sus pueblos y se encontraron con los comunales privatizados en manos de unos pocos potentados.
Desde esa época y hasta 1936, fue muy tirante la convivencia entre los nuevos propietarios y la gente más humilde que siempre pidió la reversión del comunal a su estado anterior.

En muchos sitios, a los nuevos propietarios del antiguo comunal se les llama corraliceros pues comenzaron comprando el derecho a pastar en las corralizas y acabaron dueños de la tierra.
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1891. Ujué acota su termino municipal para la caza.
Hoy en día no le extraña a nadie que el término municipal de un pueblo esté acotado para la caza, la pesca e incluso para la recogida de setas.

El caso es que leyendo El Liberal Navarro nos enteramos que en 1891 se acotó todo el término municipal de Ujué incluidos sus comunales y que, pasado el tiempo, tres vecinos de Beire fueron abordados por el guarda por cazar dentro del coto. 
Solamente fue multado uno de ellos con la elevada cantidad de quince pesetas.

Así sin más, la cosa nos puede parecer anecdótica. Después de leer otro reportaje más tardano del mismo periódico nos enteramos de los nombres de los tres presuntos furtivos: Vicente Lerga, Antonio Flamarique y el multado José Jaurrieta Jiménez, pero no se informa nada sobre la condición social de los mismos.

La cosa gana interés cuando tras rastrear por Internet nos enteramos de que Vicente Lerga y el señor José Jaurrieta Jiménez no eran unos don nadie sino ....¡Importantes corraliceros de Beire!.

Podéis comprobar este dato en la página 18 del trabajo titulado “Beire, 1800-1931: Distribución de la renta y conflictividad rural en Navarra” de José Miguel Gastón Aguas profesor de la Universidad Pública de Navarra. Basta con pinchar  aquí para tenerlo en formato PDF

Volvamos al asunto. Leed lo que he encontrado hurgando en la Biblioteca de Prensa Histórica  en dos fechas distintas de El Liberal Navarro, periódico correligionario de don José Jaurrieta, que pone a caer de un burro al alcalde de Ujué.
Ya me diréis si el autor de la primera crónica saca las cosas de quicio o no, y si a la postre la sentencia sobre la multa al señor Jaurrieta está bien o mal.


El Liberal Navarro 12 octubre de 1893, página 2.
CRÓNICA.
Los moros en Melilla se enfurecen porque los forasteros, los pícaros españoles, pueden ver a respetable distancia a las moras que acuden a la mezquita.
Pero en todo hay quien supera; porque esa extravagancia marroquí es tortas y pan pintado para lo que pretende el alcalde de Ujué, el cual se opone bajo multa a que ningún forastero pise el término de su jurisdicción.

Primero por medio de los guardas denunció ante el juzgado municipal a un cazador porque se atrevió a cazar en el término de la villa.
El cazador iba provisto de su licencia, no obstante lo cual el juzgado le condenó por que la caza de aquel término estaba arrendada por el Ayuntamiento, que no sabemos por qué arte se abroga ese derecho feudal.

Pero apelada la sentencia y en virtud de auto para mejor proveer se ha justificado por certificación de la Diputación que el Ayuntamiento de Ujué no obtuvo la correspondiente licencia para el referido arriendo de la caza y que además ese arriendo es antiforal.

Mas no por eso se ha descorazonado el Alcalde: agarrándose a las facultades, según cree, se ha descolgado con el siguiente oficio al mismo cazador:
"Habiendo usted infringido el artículo 96 de las ordenanzas municipales vigentes aprobadas por el M.I. Gobernador Civil de la provincia en 23 de noviembre de 1891 por penetrar en esta jurisdicción atravesando los consumos y fincas de particulares (el suceso ocurrió en Septiembre, levantada la cosecha y en fincas no acotadas) los días 4 y 5 de Septiembre último hallándose prohibida la entrada en ella de todo forastero, por providencia de hoy he acordado imponer a usted la multa de 15 pesetas que hará efectiva entregando a la secretaría el papel correspondiente etc"

Este oficio se ha pasado al cazador aludido y además a otras dos personas de las cuales una fue a Ujué a cumplir una promesa piadosa ante el Santuario de dicha villa.
No dudamos que nuestro respetable amigo el señor gobernador hará entender al aludido alcalde que no es oportuno aislar los municipios con murallas que hoy desaparecen de la China.
…………..
Y ahora viene la segunda parte del caso: 1894. Resolución de Diputación y sentencia del Juzgado de Tafalla.

El Liberal Navarro, un año más tarde que la anterior crónica, volvía sobre el tema y dedicaba casi toda su primera página a este caso. Era el sábado 20 de octubre de 1894.


Primeramente reproducía el informe que la Diputación Foral de Navarra emitió sobre el acotado de caza de Ujué advirtiendo al ayuntamiento que debía suprimir de su ordenanza municipal dos artículos que concernían  a este caso, y luego la sentencia del juzgado de Tafalla que absolvía a José Jaurrieta Giménez.

En este número del periódico leemos que el guarda denunciante fue Manuel Caparroso y al fin nos enteramos de los nombres de los denunciados: Vicente Lerga, Antonio Flamarique y José Jaurrieta vecinos de Beire. 

El Juzgado de Ujué absolvió a los dos primeros pero el alcalde impuso multa de quince pesetas a José Jaurrieta y este apeló seguidamente al juzgado de Tafalla que lo absolvió.

Sería  aburrido copiar el extenso artículo de periódico a causa del tedioso y repetitivo lenguaje notarial y judicial de los documentos que transcribe, pero con lo siguiente será suficiente para poder opinar:

En el texto del periódico se dice que el artículo 96 de las ordenanzas municipales de Ujué decía que “… Queda asimismo acotado todo el término que comprende la jurisdicción para aquellos que no sean vecinos de esta villa, sin que puedan los forasteros penetrar con ningún objeto, ni en los comunes ni en las propiedades particulares y solo podrán entrar en ella los propietarios y colonos de fincas comprendidas en la misma para su cultivo y recolección, entendiéndose este acotamiento y el artículo 94, sin perjuicio de las cañadas, abrevaderos, caminos, travesías y toda clase de servidumbre que por título legitimo pesen sobre aquellas fincas”.

Este articulo y otro (el 94) que englobaba los comunales dentro del coto, no fueron aprobados por Diputación, aduciendo que tal cosa estaba prohibida por las leyes privativas de Navarra encaminadas a que toda persona pudiera ejercer  libremente el ejercicio de la caza en los comunales.

En la ilegalidad de estos dos artículos es donde el Juzgado de Tafalla se basó para absolver al multado y demandante Señor Don José Jaurrieta y Giménez, mayor de edad, casado, propietario y vecino de Beire.
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Vosotros juzgaréis.  La cosa es que siendo casi todo el término de Beire propiedad de corraliceros, uno de ellos viene al término de Uxue a cazar...
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POSTDATA: No me resisto a copiar la nota que hay al pie de la página 18 del trabajo del profesor José Miguel Gastón sobre “Beire, 1800-1931: Distribución de la renta y conflictividad rural en Navarra” 
En dicha nota se habla de los parentescos de don José Jaurrieta y su hermano Pablo:
José Jaurrieta Jiménez era hermano de Pablo, quien introdujo en sus tierras maquinaria de vapor y construyó una fábrica de abonos a finales del XIX. 
Pablo era, además, socio de Conducción de Aguas de Arteta y presidente de la Papelera Vasco-Navarra en 1895; su yerno fue Juan Pedro Arraiza Baleztena. 
Tanto Pablo como José se casaron con hijas de Eusebio Múzquiz; también emparentaron con diputados liberales: dos tías de José y de Pablo se casaron con Juan Paulino Azcona; una hermana con Miguel Aldaz Manterola. 
La mujer de Pablo era prima del diputado Antonio Iturria. José Jaurrieta fundó Diario de Navarra. Su hijo Germán Jaurrieta Múzquiz sería miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Propietarios Terratenientes y secretario de la Sociedad Mercantil Vinícola de Navarra. 
Germán se casó con Mª Luisa Baleztena Azcarate, hermana del diputado Ignacio Baleztena; Pablo Jaurrieta Múzquiz se caso con otra hermana de Ignacio Baleztena.
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lunes, 21 de octubre de 2013

Ujué siete meses después de acabar la última guerra carlista.

Nuestro pueblo visto por un forastero que vino a cazar en 1876.
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De vez en cuando suelo hurgar en el portal de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica (enlace aquí) buscando cosas relativas a Ujué, nuestro pueblo.
Esta vez he encontrado en “El Eco de Navarra” una sabrosa carta al director entre las página 2 y 3 de la edición del día 25 de octubre de 1876.
Habían pasado siete meses del final de la guerra
Carta que me ha hecho recordar lo que José María Iribarren cuenta en uno de sus libros (Entre Burlas y Chanzas, pagina 126) :

"que terminada la segunda guerra civil se formó en Ujué un serio foco de criminalidad que tardó mucho en extinguirse ya que el pueblo estaba lleno de matones y jácaros (fanfarrones) procedentes de las disueltas partidas liberales".
Las bravuconadas de los fanfarrones (sobre todo si son los ganadores de una guerra) ya sabéis como sientan en los vencidos y qué puede ocurrir si además tener un arma de fuego era cosa más que frecuente.

Otro apunte histórico antes de que leáis la carta:
El medio donde se difunde es el "Eco de Navarra" que se define a sí mismo como "liberal".
Para entender en qué ambiente se escribe dicha misiva, diré que no hacía ni un año que en Navarra y Vascongadas se había dado por terminada la última guerra carlista (noviembre de 1875).
En Uxue todavía quedaba una compañía de soldados del ejército ganador (unos cien hombres) cubriendo funciones de orden público tanto en la villa como en los campos.

No se sabe en qué proporción, pero la población de Ujué se hallaba dividida entre ganadores y vencidos.
Lo dice el remitente de la carta:
"Pocos días antes de que llegara a nuestro pueblo, murió de un tiro un joven que había luchado por el pretendiente carlista  y poco antes había muerto de la misma forma otro mozo que había luchado en "la contra guerrilla"
 (Parece que este primer muerto era de los llamados "peseteros" fuerzas auspiciadas y pagadas por la diputación y el gobierno central) .

Se ve que el escritor de la carta era forastero pero que conocía bien el pueblo y sus gentes.
Era cazador, Y amante del nuevo orden de cosas, del ejército español y de la guardia civil.
Y quejoso de que los vecinos de Ujué cazaran furtivamente (a lazo y con hurón) y no dejaran ni perdices ni conejos en los campos, en perjuicio de forasteros como él, que venían a ejercer su afición y se quedaban a dos velas.

Recordad que la caza furtiva fue en Uxue un recurso de supervivencia de las clases pobres y esquilmadas para poderse llevar algo a la boca en el duro día a día. 

Seguidamente reproduzco la carta. Leedla con atención. 
El autor demuestra ser de clase instruida y acomodada. Su manera de escribir es brillante.
Aparte de descubrirnos su punto de vista respecto al orden público en nuestras calles, destila sorna e hiriente humor al hablar de los pocos días que llevaba en el pueblo.



Sr Director de EL ECO DE NAVARRA.
Ujué 23 de Octubre de 1876.
Muy Sr. mío y estimado amigo:
Como V. no habrá estado en este pueblo y es muy probable que no piense venir por aquí, bueno será que le diga el aspecto que presenta.
Ujué visto desde Olite, tan cerca se encuentra del cielo que parece un negro nubarrón de esos que adquieren formas caprichosas.
Observando de los barrancos que le rodean se asemeja a un inmenso nido de águilas, y mirando de las montañas vecinas y desde los puntos en que se dibujan las siluetas de los edificios, hace el mismo efecto que un castillo formado con fichas de dominó sobre un gran pilón de azúcar. 
Desde el momento que el viajero penetra dentro de él se encuentra casi con los mismos edificios, las mismas calles y las mismas personas que en la mayor parte de los pueblos de la Ribera que tienen una situación geográfica parecida. 
Ujué, sin embargo, tiene algo que no poseen los pueblos que se le asemejan. Ese algo es una Virgen a la que profesan gran devoción, no solo los vecinos de esta localidad sino los de los pueblos inmediatos, y es tal el fervor y tantos y tales los milagros que de la Virgen se refieren, que se hacen promesas y se cumplen viniendo descalzos los devotos hasta el Santuario, y a veces andando de rodillas distancias fabulosas sobre un camino que, más que tal, parece una heredad sembrada por zapateros según las piedras que en el trayecto encuentran.

Los vecinos de Ujué están ya calificados; y por consiguiente inútil que le explique a V. cuales son sus inclinaciones. Sin embargo, esta gente al separarse de las próximas montañas que rodean su pueblo, rezan fervorosamente una salve para que nada malo les suceda en la expedición. 
En el pueblo hay cuatro cuadrillas de mozos, y no sé si para contener a éstas en caso de que salgan de las prescripciones legales, o para restablecer el orden si el vecindario quisiera alterarlo, está acantonada una compañía del regimiento de Valencia, cuyo jefe cumplirá fiel y estrictamente su misión, pues me consta que es hombre enérgico, pero estoy convencido que más que esta fuerza se necesita en pueblos de esta naturaleza, media docena de guardias civiles, pues ejercen mayor influencia moral y son mas temidos y por consiguiente respetados que la tropa de línea. 
El lunes fue muerto de un  tiro un muchacho que había servido en las filas del pretendiente; hace algún tiempo mataron a otro de las extinguidas contra-guerrillas.
Como los muertos violentamente son todos guapos e infelices, éste era infeliz y guapo según me han dicho. 
No he querido preguntar la causa del asesinato, primero porque no me la habían de decir, y segundo porque conozco a esta familia y sé que pegan un trabucazo porque sí.
Creo que V. señor Director habrá oído decir que en Ujué hay mucha perdiz, que es el paraíso de los cazadores: pues bien, yo le aseguro que lo que hay es mucho lacero que a ciencia y paciencia de la autoridad, según me dicen, están aniquilando la caza como creo que están extinguiendo la pesca del río de Pamplona a los pescadores de profesión con redes de mallas no permitidas por la ley.  
Creo que hemos llegado a la época de cortar estos abusos y me figuro que no estaría de más el que nuestra autoridad superior civil pasara un "recadito" de atención al señor Alcalde de este pueblo, exigiéndole bajo su más estricta responsabilidad el que no se cacen las perdices con lazo ni conejos con bicho  y que igual encargo se hiciera al capitán, pues estoy seguro que cumplirá bien su cometido. 
Los días que llevo de estancia en este pueblo han sido desabridos y malos, pues un fuerte y violento viento nos impide salir de caza durante el día, y por la noche no es posible recorrer las calles, primero porque el capitán de la compañía prohíbe transitar sin farol y yo no tengo, y segundo porque si lo tuviera temería andar a farolazos. 
Fuera de la muerte del lunes y de que recibe un tiro el que transita sin farol; de que dos cuadrillas son  en un pueblo una calamidad y aquí hay cuatro, y de los instintos de parte del vecindario; fuera de esto, repito, Ujué es el pueblo mejor, y mas tranquilo del mundo y por el que se puede pasear el forastero sin cuidado alguno.
Suyo X,
El escrito aparece a caballo entre las páginas 2 y 3 de "El Eco de Navarra" del miércoles 25 de octubre de 1876. 
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En este otro enlace se reproduce otra carta sobre Ujué escrita por otro señor y publicada nueve años más tarde en el "Lau-buru" (otro periódico de Pamplona) en la que se habla de que "comparando con lo de antes" se notaba un ostensible cambio "para bien" en la población.
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lunes, 14 de octubre de 2013

Emires y califas de Córdoba: Cinco generaciones de madres vasconas.

Cuando romanos y godos hablaron de nuestro territorio lo mencionaron como Vasconia. 
Los textos en árabe que nos han llegado, también utilizan la palabra "baskunis" (vascones) cuando mencionan a los monarcas y a los habitantes de nuestro antiguo reino de Pamplona/Navarra.

Y como no podía ser de otra forma, cuando los historiadores en árabe de Al Andalus hablan de las madres que luego mencionaremos, dicen que eran vasconas.
Según se desprende de los escritos de Ibn Hayyan, Al-Udri y otros cronistas y geógrafos andalusíes, cinco generaciones de emires y califas de la poderosa Córdoba tuvieron madres vasconas.
Gracias a las crónicas de dichos autores, también sabemos que otra princesa vascona fue esposa del caudillo Almanzor.
Enseguida veremos quienes eran.

INTRODUCCIÓN.
Comencemos dando un pequeño repaso histórico hasta llegar a la época que nos interesa:

Mapa: Imperio Omeya en el siglo VIII.

El reino visigodo, encarnizado enemigo de los vascones, cayó el año 711 a manos de los musulmanes.
El año 756 Abderramán I, que decía ser el único sobreviviente de los destronados Omeyas de Damasco, declara el Emirato de Córdoba independiente.

El año 929 Abderramán III se proclama califa a la vez que eleva el Emirato de Córdoba a rango de Califato, que perduró como tal hasta que en el año 1031 se fragmentó en multitud de reinos conocidos como Taifas.

EL REINO VASCÓN ENTRE DOS ENEMIGOS: EL IMPERIO CAROLINGIO Y EL MUSULMÁN.
A Íñigo Arista, primer monarca de Navarra que reinó entre los años 816-851, le sucedió su hijo García Íñiguez que de joven fue educado en Córdoba (posiblemente estuvo allí en calidad de rehén).

El entendimiento entre los linajes de los Banu Qasi y los Arista, emparentados entre sí, fue fructífero a la hora de fortalecer el naciente reino de Pamplona frente al los francos por el norte y a Córdoba por el sur (tema tratado en este otro capitulo del blog).

Este entendimiento se tornó dificultoso a partir de la muerte de Íñigo Arista, el comienzo del reinado de García Íñiguez y la muerte de Musa Ibn Musa.
Desde entonces, las aceifas del emir de Córdoba se hicieron constantes contra el reino de Pamplona.
Pero todavía se entrelazaron las familias de los Banu Qasi y la de los reyes de Pamplona:
Fortún, nieto de Iñigo Arista casó con Oria ibn Lopo ibn Musa es decir con Oria hija de Lopo, hijo del gran Musa de los Banu Qasi.
(No olvidemos que el gran Musa de los Banu Qasi casó con Asona  hija de su medio hermano Iñigo Arista, de la que también descendía Onneca)

Apresamiento y cautiverio de un príncipe de Pamplona y su hija.
Un hijo y una nieta del rey García Íñiguez, el Fortún que acabamos de mencionar y su hija llamada Onneca, fueron capturados en Milagro el año 860 durante una incursión del emir Muhammed I ibn Abdurrahman. 
Padre e hija fueron llevados a la capital de Al Ándalus donde los mantuvieron como rehenes para asegurar el sometimiento de Pamplona.

Como luego veremos, la hija de Fortún casó con Abdalá, emir de Córdoba (hijo del emir que les capturó) y fue madre del siguiente emir y abuela del famoso Abderramán III.

El príncipe cautivo en Córdoba vuelve a Pamplona para ser proclamado rey.
Fortún Garcés, tras 20 años como rehén, volvió a Navarra para ser proclamado rey a la muerte de su padre García Íñiguez.
Durante su reinado ejerció una política de convivencia con los descendientes de los Banu Qasi que todavía seguían siendo poderosos. 
Fortún Garcés es conocido como El Monje ya que abdicó y pasó sus últimos años en Leire haciendo vida monástica.
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Tiempo habrá para escribir otro artículo sobre las guerras, pactos y desavenencias entre Córdoba y el reino de Pamplona en aquellos tiempos.
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CÓRDOBA: CINCO GENERACIONES DE EMIRES Y CALIFAS CON MADRES VASCONAS.
Hablemos ahora de las vasconas que fueron esposas y madres de emires y califas de Córdoba.
Empezaremos por Onneca, hija de Fortún el Monje, tercer rey de Pamplona.

Harén palaciego

Onneca Fortúnez. 
Genealogía.
Onneca Fortúnez nació hacia al año 850. Era hija de Fortún Garcés (nieto de Íñigo Arista) y de Oria ibn Lopo ibn Musa (descendiente de Musa Ibn Musa del clan de los Banu Qasi).

Los ascendientes familiares de las ramas paterna y materna de Onneca Fortúnez se entremezclan teniendo como parientes por partida doble tanto a Íñigo Arista como a Musa Ibn Musa que eran hermanastros.
(Musa Ibn Musa casó con su sobrina Assona hija del Arista, de la que nació Lopo ibn Musa, el abuelo materno de Onneca).

Onneca Fortúnez en Córdoba.
Como hemos visto antes, Onneca Fortúnez fue capturada junto a su padre Fortún Garcés y llevada a Córdoba.
(Luego hablaremos de la descendencia navarra de Onneca ya que se volvió a casar a su vuelta a Pamplona)

Onneca estuvo en Córdoba junto a su padre en calidad de rehén durante casi veinte años, no haciendo vida de prisión sino disfrutando de las comodidades concernientes a su alcurnia y manteniendo buenas relaciones con los máximos dirigentes del Emirato.

Onneca recibió el nombre árabe de Durr (Perla). Fue tomada por esposa por el emir Abdalá I del que tuvo un hijo y dos hijas. El hijo que ambos tuvieron fue el emir Mohamed, padre de Abderramán III el primer califa de Al Ándalus.  

Por si fuera poco, veremos que el esposo de Onneca (abuelo de Abderramán III) también tuvo madre vascona:
La vascona Ushar.
Abdalá I, marido de Onneca era hijo del emir Mohamed I y de una vascona que se llamaba Ushar.

Y al parecer, Abderramán III, además de ser nieto de Doña Onneca, también era hijo de otra vascona:
La vascona Muzna.
Mohamed II (hijo de Abdalá I y de Onneca)  tomó como esposa a la vascona Muzna o Muzayna (Lluvia) y de ellos nació Abderramán III.

La península en tiempos
 de Abderramán III


Antes de mencionar a la esposa vascona de Abderramán III, hagamos un alto para decir que Abderramán se proclamó califa convirtiendo a Córdoba capital del nuevo Califato de Occidente.

Él alegaba ser descendiente de la familia de los Omeyas. Pero por sus ascendientes más próximos vemos que tenía más sangre vascona que árabe. 



Sigamos. Abderramán III, casó con otra vascona:
La vascona Maryam.
La vascona Maryam casó con Abderramán III y tuvo de él al califa Alhakén II,

El hijo sucesor de Abderramán III tuvo en su harén a otra vascona:
La vascona Shub.
Aunque las crónicas árabes dicen que Shub era una esclava, también nos revelan que poseía gran cultura y extraordinaria inteligencia y que intrigó en la corte a favor de sus hijos a la hora de declararlos herederos del califato.

FOTO: El llamado bote de Zamora
regalo del califa Alhakén
 a su concubina Shub la Vascona
 por  haber dado a luz al heredero Hixam.
Conocida también como "Aurora la vascona". Casó con Alhakén II y fue madre de Hisham II que no tenía más que once años cuando subió al trono.

Shub ejerció de regente,  pero poco a poco el famoso Almanzor, de quien dicen fue amante, fue desplazándola.
Almanzor a su vez, también tuvo una esposa vascona. 

Os recomiendo pinchar en este enlace para leer una biografía de Shub que está contada con mucha gracia y humor sin dejar de ser ajustada a la historia real.
………………
Resumiendo para que quede claro: Desde el bisabuelo al nieto de Abderramán III todos las los emires y califas de Al Ándalus tuvieron madres vasconas.

Seguramente hubo más vasconas emparentadas con otros dignatarios de Córdoba pero solo mencionaremos a una de muy alta alcurnia, que fue esposa de Almanzor:

La princesa vascona Abda Sánchez, esposa de Almanzor.
Se sospecha que llegó a Córdoba como rehén. Hija de nuestro rey Sancho Garcés II también conocido como Sancho Abarca; hermana del rey García Sánchez II el Temblón que fue el padre de Sancho el Mayor.  

Abda, también conocida como Urraca de Navarra, fue tomada como esposa por el caudillo Almanzor el año 990 y ésta le dio un hijo: Abderramán, apodado Sanchuelo. Dicen que Abda terminó sus días en un convento.
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¿Como llegaron a Córdoba estas vasconas?
Bien por acuerdos matrimoniales entre Córdoba y Pamplona, bien por haber sido tomadas (o dadas) como rehén como doña Onneca, o quizás por  haber sido secuestradas en alguna incursión, estas vasconas fueron llevadas a Córdoba y puestas al cuidado de los sucesivos emires y califas que las tomaron por esposas.

Ya hemos visto que entre estas vasconas hubo dos princesas, hijas de reyes: Onneca y Abda Sanchez. 
Se supone que las demás vasconas que hemos mencionado también pudieron ser de familias pamplonesas de alto abolengo aunque textos en árabe dicen que algunas de ellas eran esclavas.
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DOÑA ONNECA, ABUELA DEL PRIMER CALIFA Y ABUELA TAMBIÉN DE REYES NAVARROS.
Los descendientes navarros de Onneca Fortúnez:
Onneca, la abuela de Abderramán III, parece ser que volvió a Navarra junto a su padre Fortún Garcés cuando éste fue proclamado rey. 

Doña Onneca contrajo matrimonio con Aznar Sánchez de Larraún, conde de Aragón.
Fruto de este matrimonio nació Toda Aznárez futura esposa de nuestro rey Sancho Garcés I.

Doña Toda, hija de Onneca, personaje de gran relevancia. 
Doña Toda, hija de Onneca, casó con el rey Sancho Garcés I y de este matrimonio nacieron siete hijos. Quedó viuda y gobernó como regente de su hijo García Sanchez.

Durante toda su vida mostró una fuerte personalidad y una autoridad indiscutible.
Fue forjadora de una red de alianzas matrimoniales que aumentó su influencia personal y la del reino vascón en todos los territorios existentes en su entorno y sobre todo en en el reino de Asturias-León donde tomó partido incluso en las disputas de sus nietos Sancho el Craso y Ordoño el Malo por aquel trono.

Los hijos de Doña Toda y de Sancho Garcés I, rey de Pamplona, fueron:
- Urraca Sánchez, casada con Ramiro II de León.
- Oneca de Pamplona, casada con Alfonso IV «El Monje», fue reina de León entre el 926 y el 931 año en que falleció.
- Sancha de Pamplona, casada en primeras nupcias con Ordoño II de León, en segundas con el conde alavés Álvaro Herrameliz y en terceras, con Fernán González, primer conde de Castilla.
- García I Sánchez, rey de Pamplona, casado con Andregoto Galíndez condesa de Aragón y con Teresa Ramírez, hija de Ramiro II de León y de Adosinda Gutiérrez,
- Velasquita o Belasquita Sánchez, casada en primeras nupcias con el conde alavés Munio Vélaz, en segundas con Galindo de Ribagorza y en terceras con Fortún Galíndez tenente del rey de Navarra en tierras hoy riojanas.
- Munia (Muña) de Pamplona.
- Orbita de Pamplona, probablemente casada con al-Tawil, gobernador musulmán de Huesca. Pudo ser hija póstuma, como hace suponer el significado de su nombre arábigo: "la huérfana".
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GALIMATÍAS GENEALÓGICO.
Al principio del artículo ya hemos hablado del parentesco de doña Onneca respecto a los primeros reyes de Navarra y a los Banu Qasi. 

Ahora toca comentar el parentesco de Onneca, su  hija Toda y descendientes navarros respecto al califa Abderramán III de Córdoba y a Sancho el Mayor de Navarra.
Puede que os resulte lioso, pero vamos a tratar de entenderlo:

- Doña Onneca fue llevada a Córdoba el año 860 y allá fue madre del padre de Abderramán III. 
- En cuanto a su descendencia cordobesa, al ser Doña Onneca biznieta de Iñigo Arista, hace que los califas cordobeses descendientes de ella sean también descendientes del primer rey de Navarra.

- Doña Onneca regresó a Navarra hacia el año 882, se casó de nuevo y fue madre de Doña Toda.
- Doña Toda casó con el rey de Pamplona Sancho Garcés I. 
- Doña Toda, a causa del primer matrimonio de su madre, es hermanastra del padre de Abderramán III.
Por lo tanto todos los hijos e hijas de Doña Toda (incluido el rey de Pamplona García Sánchez I) son primos carnales del califa Abderramán III. 

Doña Toda en cuanto hermanastra del padre de Abderramán III es tía carnal de este califa.
Por la parte navarra es madre del rey García Sánchez I, abuela de  Sancho Garcés II (El Abarca) bisabuela de García Sánchez II (El Temblón) y tatarabuela de Sancho Garcés III (Sancho el Mayor) el rey de Navarra que más territorio controló.
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Parentescos de Abda, la esposa vascona de Almanzor.
Respecto a Abda, esposa de Almanzor, también era descendiente de Doña Onneca y Doña Toda como hija que era del rey Sancho II Abarca.
Como descendiente de Doña Onneca también era "primica" o pariente de los Califas de Córdoba de su época...

Como también era hermana del rey García Sánchez el Temblón, que fue el padre de Sancho el Mayor, Abda  fue tía de este gran monarca que reinó a partir del 1003.
Así que, al hablar del esposo de Abda, Almanzor, (que vivió entre el 938 y el 1002) también lo podemos considerar como “tío” de Sancho el Mayor, el rey más poderoso que jamás ha tenido Navarra
Sancho el Mayor (990- 1035) dominó desde el condado de Ribagorza 
hasta el Atlántico incluyendo bajo su mando el reino de León.
 En el mapa también aparecen las taifas en las que quedó dividido el Califato de Córdoba el año 1031
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Varios de los sitios Internet consultados durante la elaboración de este texto: 

- Abderramán III y su familia vascona. (Foro Estado de Nabarra)


- Genealogía de la Casa Real de Navarra. (Genealogía de los Arista y los Banu Qasi)

- Enciclopedia Auñamendi. Historia de Navarra

- Blog "¡Ozú que caló!" en varios de sus artículos.

- Blog de Nenya : La princesa Shub.

- Wikipedia en los capítulos referentes a cada una de las vasconas, reyes de Navarra, emires y califas de Córdoba mencionados en este trabajo.
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lunes, 7 de octubre de 2013

Carboneros de Uxue.

En un capítulo del año 2010 hablé de los bosques de Ujué... de su regresión… de su casi desaparición…  Ver aquí. 
Luego en otro hablé de unos hornos que hay en Uxue que en tiempos además de destilar aceite de enebro también destilaron alquitrán, la brea vegetal y que en nuestra villa llamamos pez... Ver aquí. 

El término de Ujué, a pesar de la intensa roturación de finales del siglo XIX, siempre conservó extensas manchas forestales de pinos, encinas, chaparros, coscojos, bojes y enebros.

La recogida de leña era libre y muchos habitantes de los corrales sacaban del monte cargas de leña y de raíces que luego vendían en los pueblos mugantes a Ujué, siendo un recurso más de aquella economía de subsistencia.
La leña ha sido un producto de primera necesidad hasta tiempos en que se generalizó en uso del butano en nuestros hogares no hace ni sesenta años. 
Carbón vegetal

Carboneros de Ujué.
El carbón vegetal sigue estando presente en nuestras barbacoas y bajo las parrillas de muchos restaurantes. Por lo tanto, todavía hay demanda y oferta de carbón vegetal.
Si todavía existen carboneros es porque seguimos necesitando carbón vegetal.

Antiguamente hubo gente en Ujué que ejerció este oficio. Y como los que vendían leña, ellos también comerciaban con el carbón siendo sus principales clientes los herreros de los pueblos vecinos.
El carbón vegetal era muy apreciado en las antiguas burdinolas (fundiciones medievales) y en las fraguas y herrerías hasta nuestros días.

El nombre de este oficio, convertido en topónimo, lo tenemos en Ujué en la familia y la hacienda llamada de "El Carbonero" allá por Lerbez.

El horniguero.
No estoy seguro que la palabra sea horniguero, que puede venir de horno, o de hormiguero que de las dos maneras se la oí pronunciar a mi padre.
El horniguero según me informa Simón Ongay, eran las ramas y hojarasca amontonadas y cubiertas de tierra que tras arder a fuego lento, se empleaban luego como abono.


El hoyo para hacer carbón de Ujué es la "galarra" de otros lugares.
Y hablando con mis paisanos de más edad sobre ésto de hacer carbón vegetal, me cuentan que un método era el de hacer un hoyo en el suelo que, por lo que me dicen, podía ser de hasta unos dos metros de profundidad (hay quien le llama horniguero a estos hoyos)
La profundidad y demás dimensiones del hoyo estaban relacionadas con la cantidad de leña que se quería transformar en carbón.
La tierra se iba amontonando fuera del zulo bordeándolo a poca distancia. 
En el fondo del hoyo se encendía una pequeña hoguera y se iba echando leña dentro (nunca cortaban el árbol sino las ramas gruesas) hasta que todo quedaba en llamas.
Inmediatamente tapaban leña y fuego con la tierra que habían sacado del hoyo y esperaban a que lentamente se fuera haciendo el carbón. 
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Habría que hablar con las personas más ancianas de Ujué para ver si recuerdan con más precisión esta forma u otras de hacer carbón.
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Las galarras.
He hurgado en Internet tratando de encontrar más información sobre este sistema de hoyo carbonero que se usaba en Uxue buscando con las palabras "hoyo o zanja para hacer carbón".
Y esa información la he hallado bajo este otro nombre: Galarra. Y he sabido que las galarras fueron muy numerosas hasta que comenzó el uso de la hulla en los altos hornos que sustituyeron a las ferrerías. Podéis comprobarlo pinchando aquí. 

Otro tipo de carbonera más conocido: La carbonera tipo txondorra.
En este tipo de carbonera se apila la leña formando un cono en cuyo centro se deja una especie de chimenea que se llena de brasas para  que todo vaya ardiendo poco a poco. El cono y la chimenea se tapan con tierra y paja para regular la combustión que debe ser lenta y sin llamas.

Carbonera expuesta en el Señorío de Bértiz.

Aun se nota donde hubo carboneras en Ujué.
En zonas de los términos de Erlosiana y de Aurino aún se conservan restos de antiguas carboneras que hacen suponer que en ellas se trabajó empleando el método de txondorras que todavía se utiliza en varias zonas de Navarra.
Claro que habría que excavar un poco en esas carboneras para ver si en realidad son del tipo txondorra o son hoyos tipo galarra (que pudieron ser redondos) tapados con la tierra quemada por el uso.

Los últimos fabricantes de carbón de Uxue.
En Ujué se hizo carbón hasta tiempos casi recientes. Eran de una familia de herreros que lo necesitaban para su fragua sita en la Pilarraña.
Ellos fueron Jorge San Martín y su hijo Benedicto quien mantuvo abierta la herrería hasta hace algo más de cincuenta años.

Un uxuetarra murió intoxicado por el humo de las carboneras.
Rubén Remón, actual alcalde de Uxue (año 2017) cuenta que la familia de Jorge San Martín (bisabuelo suyo y alcalde del pueblo en la República) sufrió los riesgos de las carboneras y en ellas se intoxicó y posteriormente murió Gaudencio San Martín (hijo de Jorge) a la edad de unos 18 años...

Mario Luis Goyen, un carbonero de Ujué del siglo XXI.
En septiembre del 2013 apareció en el Diario de Noticias de Navarra un artículo titulado “Carbonera solidaria en Latasa”. Verlo aquí. 

Mikel Okiñena vigila que el fuego de la carbonera se mantenga encendido, pero sin llegar a quemar la madera. (N.M)

En él se entrevistaba a Mikel Okiñena, escultor natural de Etxaleku, valle de Imotz. Mikel contó que ese día nuestro paisano Mario Luis Goien estaba de descanso y que entre los dos se encargaron de todo el tinglado de acarrear la leña, tierra, paja y hacer la txondorra y que desde que iniciaron la combustión se turnaban cuidando la carbonera que necesitaba vigilancia continua día y noche.

Lo de carbonera solidaria venía de que los dos ikatzgileak iban a conseguir dos mil euros de dos conocidos asadores a cambio del carbón, dinero que luego donarían al Comedor Solidario París 365 de Pamplona.

Mikel Okiñena comentó en la entrevista que él aprendió a hacer txondorras de nuestro paisano Mario Luis. ¡Un ujuetarra maestro en este antiguo y esforzado oficio y yo sin saberlo!

El jueves día 3 de octubre (año 2013) salimos de Uxue camino de Latasa a visitar a Mario ya que ese día le tocaba estar vigilando la txondorra.


Y allá lo encontramos. En un prado junto al río Larraun y al frontón cubierto.

Nos recibió de muy buena gana y nos estuvo explicando todo el proceso mientras atendía los distintos respiraderos que humeaban en la base cónica de la carbonera.

Nos habló entusiasmado de la mucha gente que les ha visitado esos días, especialmente de la visita y enseñanzas de los experimentados carboneros profesionales de Viloria, Goizueta, Etxabarri y Ancín.


Luego, cuando los trabajos de la txondorra le dieron un respiro, pudimos comer con él una txistorra a la brasa regada con buena sidra y él se encargó de hacer un estupendo guisado de arroz mezclado con unas cosas que él puso y otras que nosotros le llevamos (Mario es cocinero en un conocido restaurante de Mutilva).
Y sí, nos confirmó que esta no era su primera txondorra, que en Uxue ya había experimentado con otras más pequeñicas …

Cuatro días más tarde (lunes 7 de octubre del 2013) Mario me comunicó que tras dos semanas de cocción ya habían recogido el carbón... que habían sido 95 sacos de 20 kilos cada uno....
Vaya desde aquí mi enhorabuena a Mikel Okiñena y Mario Goien por su trabajo, por su solidaridad, por el carbón recogido..
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Nota añadida en junio del 2016:
Mario Luis ha seguido haciendo carbón junto a la borda que tiene el termino de Pipiratu de Uxue.
No descarta que en colaboración con el ayuntamiento, algún día pueda hacer otra txondorra junto al casco urbano de nuestro pueblo.
Mario piensa que tal demostración serviría de atractivo turístico y divulgativo de esta actividad y que, mientras dure el proceso de erigir la txondorra y su posterior combustión, él daría gustosamente las explicaciones pertinentes a toda persona que quisiera acercarse.
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POSTDATA:
En este enlace de Estella.com encontrareis un interesante articulo de Javier Hermoso de Mendoza ilustrado con numerosas fotos. 
El autor cuenta como se elabora el carbón vegetal en el valle de Lana, otros pueblos de nuestra tierra y en distintas partes del mundo.
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miércoles, 2 de octubre de 2013

Un canecillo románico sujeta el alero de una casa de Ujué.

Los canecillos son piezas pétreas colocadas en el exterior de los templos románicos en la parte superior del muro, sobresaliendo del mismo y sirviendo de base al alero del tejado.
Por lo general suelen estar tallados con figuras adoctrinantes llenas de simbolismo.

Canecillos de San Pedro de Etxano- Oloriz- Navarra
En Navarra hay numerosas iglesias románicas que ostentan estupendos canecillos tallados con extraordinarias figuras que expresan múltiples acciones y significados.
Como ejemplo os pongo la anterior foto perteneciente a la las iglesia de San Pedro de Etxano en Oloriz (Valdorba).

Los canecillos de Ujué
El  románico de Santa María de Uxue, en contraposición del ejemplo anterior, ostenta canecillos simples, muy sencillos, lisos y carentes de esculturas como podéis ver en la siguiente foto. 

Ábsides de Santa Maria la Real de Uxue

Aparte de los ábsides de la iglesia y los vanos exteriores de las campanas grandes y de la puerta del siglo XII que pusieron como ventana  en el torreón mayor, hay otras dos edificaciones religiosas con muestras románicas en Uxue: Las ermitas de La Blanca y la de San Miguel.

Ermita de La Blanca

La de La Blanca no contiene ningún elemento arquitectónico a resaltar salvo su puerta de entrada, muy sencilla, mas un óculo y una finistra de porte muy humilde.

Ermita de San Miguel
La de San Miguel ostenta la portada y espadaña románicas y si miramos a lo alto, nos daremos cuenta que conserva seis canecillos, tres a cada lado de la espadaña:

San Miguel canecillos norte. Foto M. Burgui
San Miguel canecillos sur. Foto M. Burgui

Muchos conocedores de Uxue quedarán sorprendidos al constatar que en San Miguel hay seis canecillos esculpidos.
Y es que la mayoría de la gente que se acerca a esta ermita se limita a contemplar su portada y espadaña de frente y no permanece demasiado tiempo en el lugar.

En lo referente a lugares no religiosos de Ujué que ostentan piedras antiguas de interés, tenemos dos casas, una en la calle Villeta y otra en la de Blanca de Navarra, que muestran una ventana prerrománica cada una y otra casa que luce un crismón románico sobre la clave del arco rebajado de la puerta principal en la Plaza Mayor.

Pero como estamos hablando de canecillos románicos, os  hablaré de uno que está sujetando el alero de una casa de Ujué.
Quien pasee por las calles de Uxue, si es que  pasa por el cruce de calles que vamos a comentar, y si mira a lo alto, puede que  también se quede sorprendido:
Allá arriba en la esquina de una casa verá un canecillo románico que los ujuetarras hemos conocido ahí "desde siempre":

La casa ostenta el número 1 de la calle Blanca de Navarra y se la conoce popularmente como "casa la Martina" y hace esquina con la calle Villeta. 
Es fácil de encontrar porque justo al lado, en el numero 17 de la calle Villeta, está el Mesón las Migas.

La fachada de la casa presenta drásticas transformaciones. Su esquina con la calle Villeta tiene piedras bien trabajadas en sillería y en lo más alto, sujetando el alero, la figura que seguidamente os muestro desde dos ángulos diferentes:

Foto Elvira Ayesa
Foto Elvira Ayesa
(pincha en cada foto para verla mas grade)

Fijaros en las dos fotos de el canecillo de casa la Martina. Si pincháis las fotos para verlas más grandes veréis que el personaje se lleva las dos manos a las orejas... y parece también como si con ambas manos sujetara un velo transparente que parece que le cubre la boca... a no ser que eso que parece velo sean las barbas del personaje.

Todos los indicios nos llevan a clasificar esta figura como un canecillo tallado de época románica. Enseguida empezaremos a  preguntarnos qué hace en una vivienda, quien, por qué y cuándo lo colocaron ahí….

Yo, aunque no tengo las respuestas, solamente os aconsejo que vengáis a este punto, miréis a lo alto y observéis esta bella y enigmática figura que, como he dicho, los ujuetarras hemos conocido ahí "desde siempre".
Y si tenéis tiempo, buscad estas otras tallas en la Plaza Mayor:


Crismón románico en otra casa de Uxue